Hasta el Verdadero Final

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Soy conocida de muchas formas y soy llamada por múltiples adjetivos, los cuales suelen ser mayormente correctos, puedo ser todo tipo de cosas pero algo que sí no soy es simpática, la simpatía no va conmigo.

Perdón, ¿Qué son estos modales? Me presentaré más o menos como es debido, soy alguien que conocerás a lo largo de tu vida tal vez, pero al mismo tiempo no, cuando tú y yo nos veamos a la cara para ti será el final del camino, por lo que me acercaré cordialmente, extenderé la mano y tú la aceptarás sin dudarlo, ahí te llevaré conmigo con suma delicadeza y tal vez por el camino te cuente una historia, como la que contaré ahora para ti, no es que esté diciendo que vas a morir no, eso sería adelantar los acontecimientos, y eso no va conmigo, simplemente te daré un pequeño ejemplo de lo que será ese dichoso o triste día.

Todo empezó allá por 1940, la guerra había comenzado y los todos los hombres sin excepción eran llamados al combate, podríamos decir que ese tipo de situación para mí era lo mejor, al fin y al cabo tenía mucho trabajo, pero la verdad muchas veces se me hizo aburrido, cuando iba a por ellos y les preguntaba sobre su vida ninguna me llamó la atención, todos tenían cosas en común, lo más normal era escuchar el relato de que todo era culpa del enemigo, ya fuera inglés, francés o alemán se odiaban a muerte,  es un tanto irónico escucharme a mí decir tal expresión verdad.

El caso es que durante uno de los ataques alemanes a las trincheras británicas pasé por ahí, como ya debes suponer era necesario, y para ser honesta encontré una imagen que me llamó muchísimo la atención, ahí al final en una esquina, dos muchachos aferrados el uno al otro en un mar de lágrimas, mezcladas con tierra y sangre, pude darme cuenta que el moreno se acercaba hacia mí poco a poco, lo más interesante es que parecía aferrarse a la vida tanto como un náufrago a un salvavidas, decidí acercarme y llevarlo conmigo, pero cuando estaba a punto de ofrecer mi mano me fije en cómo se miraban él y su compañero rubio, no era la típica mirada de amor entre combatientes, no eso era algo más eran la que ponía todo el mundo cuando estás con la persona que más quieres y aprecias en el mundo, esa que esperas que siempre esté ahí en los buenos y los malos momentos, esa que sabes que con una simple mirada os podéis decir y comprender todas las cosas no pronunciadas por las palabras.

A día de hoy sigo sin saber porque le deje quedarse, tal vez tendría que volver la siguiente semana a por él, pero algo tuve claro en ese momento dentro, de este mundo sobre todo en esa época en donde todo estaba del revés se merecían un pequeño momento de felicidad, así que los dejé ahí y seguí mi camino.

Resultó que me los encontré de nuevo casi 70 años después, aún juntos, escondidos de la sociedad en una granja en medio del campo, habían pasado toda una gran vida juntos, llena de aventuras y peleas divertidas y sin sentido, habían compartido tantos besos como les fue posible y habían estado juntos viviendo hermosos, dolorosos, tristes e inolvidables momentos. Habían estado el uno para el otro en cada situación, habían discutido, peleado y reconciliado un sinfín de veces, y sin embargo aún después de tantos años, allí estaban juntos.

Me tomó un tiempo increíble tomar una decisión, al final se me hizo imposible dejar a uno de ellos solo, por lo que como casi nunca hago extendí ambas manos, esta vez ninguno hizo el esfuerzo de quedarse, me recibieron como cualquier persona haría con un amigo, y lo que ocurrió a continuación sí que me dejó sorprendida, en ese mismo instante el rubio me dio las gracias, no supe qué responderle y por primera vez en mucho tiempo en vez de contarles yo una historia fueron ellos los que me la contaron a mí, me gustaría contarte de ella, de cómo se conocieron, porque sus vidas no habían sido fáciles, ni mucho menos más sencillas que las demás, pero sé que no cambiarían nada, pero para eso aún tenemos mucho tiempo, por lo que disfruta cuando nos veamos, esperaré ansiosa para hablarte de dos hombres que a pesar de las dificultades y la sociedad siguieron juntos hasta el final, adiós futura nueva alma.

Hasta el Verdadero FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora