Ash, este imbécil me tiene de nuevo esperando, que horror, bueno, será, espero diez minutos más y me voy...
El otro día con Caliope lo pasé bastante bien, aunque por fuera se vea distinta, por dentro sigue siendo la misma, atrevida, irreverente, estúpidamente temeraria, o valiente. Los tacones le quedan bastante bien, hace dos vidas que no la veía, y en ese entonces tan solo usaba sus sucias zapatillas nike, no había quién se las sacara, de todas formas se veía bastante bien en esos tiempos, aunque yo también era más joven, y odiaba a las pretenciosas que usaban tacones, además que eran unas falderas cualquiera. Al menos fue divertido ver de nuevo a los chicos, Chicka nunca cambiará, siempre se consigue hembras insufribles, aunque yo me acuerdo de lo mucho que pasaba con Noir...¿Qué será de ella? Mañana si veo a Caliope le pregunto. A pesar de verla, no hablamos mucho.
¿Dónde carajo se metió este tarado? Ya, se acabó, me voy, que se guarde su dinero, me hartan estos tipos que creen que pueden llegar a la hora que se les antoje, con sus autos caros y relojes finos. Me voy, voy a un bar, se me vino la gana de una cerveza.
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¿Esa de allá es Venus? Wow, que buen trasero, que se dé vuelta, debe ser Venus... Ahí ¡Sí! Es ella, ay esa chica me vuelve loco, creo que fue la primera con la que realmente quise tener algo, después de Caliope, pero su caso es distinto, con Venus era todo más carnal, creo que por eso es que terminamos... Como sea, la verdad ahora no es algo que me de mucho para pensar. Está tibia la cerveza ¡agh! Odio este bar, ah, Venus viene para acá, no estoy con ganas de hablar con ella, se nota que ha estado con algún tipo hace menos de una hora.
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¿Por qué carajo estoy en este barrio? Ah si, Caliope, al parecer tendré que aparecer de improviso en su casa, no se si se le olvidó darme su número o simplemente no quiso dármelo, creo más en lo segundo, cuando terminamos toda relación todo terminamos mal.Ahora no es cosa que importe mucho, ella siguió su vida asombrosamente bien y yo, sigo en las mismas de cuando era un minino. Nada mucho ha cambiado, tan solo mi vivienda y mis hábitos alimenticios. A veces pienso que debería cambiar mi estilo de vida, algo que realmente me haga feliz y sin necesidad de arriesgar el pellejo cada vez que me encuentro con un cliente.
Oh allá viene Caliope...