Castigo

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Después de su regreso a Karmaland, Luzu estaba en casa abrumado, totalmente cansado y tratando de analizar todo lo que había pasado. La muerte de Titi, el volcán y claro el pequeño detalle de lo que Quackity hizo con aquel Sapo Peta. Todo era mucho por procesar, pero ya encontraría el momento adecuado, sólo esperaba poder controlarse cuando todo pase.

Los días pasaban, no existía la posibilidad de que él y Sapo Peta se encontrarán, aun así, sabía por boca de otros más de lo que su pequeño Quacks hizo en su ausencia. Realmente quería ver si se atrevía a seguir callado o le diría algo, aunque claro que oficialmente no existía una relación como tal o al menos eso dejó claro Quackity a ese anciano extraño que llego de la nada a tomar lo que le pertenecía a Luzu.

-Quacks... -dejó de picar la piedra para darse la vuelta, aquella voz que Luzu usaba a veces con él, le paralizaba.

-Dime, Luzu. -estaba sintiendo como sus mejillas tomaban un color rojo y trataba de desviar su vista, miraba todo menos los ojos del chico que le tenía así.

―¿Tienes idea donde vive Sapo Peta? La verdad me interesa saber quien es y lo que hace aquí en Karmaland.

―Pues, pues... no... no tengo ni puta idea de donde vive ¿Por qué lo sabría? ―volvió a picar teniendo miedo de que Luzu sospechara algo, a ese punto era algo tonto pensar que no se daría cuenta de sus infidelidades.

―Bueno, ya le preguntaré a Willy o Vegetta. ―se dio la vuelta y en ese instante Quackity podía jurar que los ojos de Luzu se tornaron de un color rojo. Algo en él sentía inquietud.

Durante días todo seguía igual, para Quackity era algo bueno, además que hace nada terminó esa especie de relación secreta con Sapo Peta, tenía miedo de perder a Luzu aunque no lo admitiera. Era tan inocente ese miedo, cuando de verdad lo que debía temer es que su lado oscuro se haga presente, eso podría ser peor que perderlo definitivamente. Seguramente si Quackity viera eso no sabría que hacer y el temor cambiario a un enorme miedo de hacer algo que lo enoje, nuevamente terror en Karmaland. Aunque probablemente Willy estaría en primera fila observando todo y más si Quackity era quien sufría por su propia culpa.

A veces toda esa calma y risas dan un pequeño giro inesperado, realmente la curiosidad puede ser peligrosa y más cuando gracias a ello el lado oscuro de cada ser puede salir a flote. Sería una muy mala coincidencia que justo en el momento en que Alex y Rubius estén hablando sobre lo que pasó ese día del volcán y también días después, fuera escuchado casualmente por Luzu, realmente él planeaba pasar de largo hasta que escuchó el nombre de la única persona que le interesaba realmente.

―No tenía idea que Quackity haría algo así, pero bueno... si mal no recuerdo al instante se quitó toda la ropa en cuanto Sapo Peta se lo pidió. ―la voz de Alex se escuchó a través de aquella puerta.

―Pues ya ves, Sapo Peta mismo me lo contó llorando, Quackity al parecer ya no podía seguir con su relación secreta estando Luzu de vuelta.

―¿Te imaginas que Luzu se entere de todo eso? Aunque creo que algo sabe, dudo que esté enterado de la relación secreta.

―Vale, eso podría causar algo no muy bueno y la verdad no es que nos convenga ahora que Luzu mate a Sapo Peta, lo necesitamos...

―Sí que tienes razón, ya veremos qué más hacer entonces... Y... Rubius.

―Dime, Alexby.

―¿Por qué llevas un traje de enfermera guarra?

―Pues, cómo te lo explico... yo... ―Luzu se apartó sin querer escuchar más, Quackity le había mentido. No sólo era un simple beso, fue más que eso, la confianza estaba nula. El clima de Karmaland cambió radicalmente, se nubló el cielo y se escucharon algunos truenos de fondo.

Castigo ⎥⎥ LUCKITY || ONE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora