Operación: ¿Quieres ser mí novio, Stiles?

Capitulo 3

— ¿Theo? — Stiles bajó por la escalera visiblemente decepcionado.

Había estado esperando toda la tarde a que Derek llegase, pero comenzaba a darse cuenta de que no lo haría.

— ¿Una caja de donuts? ¿En serio, papá? Ya hablamos sobre esto.

— Él me lo trajo —dijo el sheriff, apuntando al adolescente parado en el umbral de la puerta mientras mordía una dona.

Suspiró y miró al chico que tenía enfrente, Theo Raeken, su antiguo amor de secundaria.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó. Estaba enterado de que había vuelto a la ciudad, pero no esperaba que fuera a visitarlo, no después de cómo había terminado todo entre ellos.

— Solo pasaba a ver cómo estabas... —Stiles frunció el ceño y Theo sonrió algo incómodo—. Esperaba otra clase de recibimiento...

— Tengo a mano mi arma, no te pases de listo —el sheriff le advirtió mientras se alejaba hacia la cocina, llevándose otra dona a la boca.

Theo tragó duro y miró a Stiles.

Stiles se mordió el labio inferior y se dio cuenta de los pésimos modales que estaba teniendo frente al chico. Se hizo a un lado para que su exnovio pasase y Theo se adentró en la casa, yendo directamente a su habitación como siempre lo hacía en el pasado.

— Así que has regresado —no sabía muy bien qué decir. Tomó asiento en el otro extremo de su cama y miró a su invitado sorpresa, esperando a que dijera algo.

— Sí, las cosas no salieron como lo planeamos en Nueva York y mi padre fue transferido nuevamente al hospital de Beacon Hills —contó, cruzando sus dedos de forma nerviosa—. Yo... No planeaba verte después de cómo terminó todo, pero siento que desde ese día te debo una explicación.

Stiles sonrió, quitándole importancia al asunto.

— No hace falta, solo éramos niños y entiendo que tú buscabas algo más para lo que yo no estaba listo.

Recordaba exactamente todo: la noche en que llegó a la casa de Theo para "idear un plan para que se quedara", cómo tocó la puerta durante treinta minutos sin obtener respuesta, cuando se cansó y decidió trepar para entrar por la ventana del cuarto del castaño y lo vio haciendo cosas con Liam Dunbar.

Sí... Había llorado durante semanas, pero ahora solamente era algo del pasado. Ya no le interesaba, ya no le dolía, incluso era amigo de Liam. Theo era algo idiota en ese tiempo, pero suponía que también era su culpa al comportarse de manera infantil.

— Lo sé... Pero aún así quiero disculparme. Tú no lo merecías —Theo se acercó a él y tomó sus manos entre las suyas.

Stiles carraspeó y se alejó disimuladamente, tomando asiento en la silla al lado de su escritorio y tecleando al azar las teclas en su computadora sin escribir ni buscar nada realmente. La situación se estaba poniendo bastante extraña.

— ¿Stiles?

— Ya lo dije, no fue nada. Pero si en serio necesitas cerrar ese ciclo o algo así, quiero que sepas que estás perdonado, no hay rencores. Son cosas que le pasan a la mayoría de las parejas —le sonrió y luego se paró, dirigiéndose a la puerta de su habitación, pensando en cómo echar a su exnovio sin ofenderlo.

— También vine por algo más, Stiles —Theo habló detrás de él, deteniéndolo—. Quiero otra oportunidad.

— ¿Qué?

— No he parado de pensar en ti. Te amo, Stiles. Quiero otra oportunidad para amarte de la forma que te mereces.

Esto era demasiado.

— Theo, estoy con alguien ahora —pensó en Derek.

— ¿Derek Hale?

Stiles afirmó.

— ¿Ya formalizaron la relación?

No exactamente.

Stiles se quedó callado y evitó la mirada de su ex a toda costa. No. Aún no habían formalizado nada, pero era evidente que estaban en algo.

— Eso es un no.

— Theo, por favor...

— ¿Cómo puedes confiar en él? ¿Y si solo juega contigo? Lo conoces desde siempre, ¡por favor!

Stiles mordió su labio inferior, inseguro. Theo tenía razón, pero él sabía que Derek había cambiado. Ya no era el mujeriego que era antes.

— Ya no es así, él cambió —defendió al moreno.

Theo rió sarcásticamente.

— ¿Entonces por qué aún no ha formalizado la relación contigo? Solo te usará hasta que se canse de ti.

— Lárgate, Theo. Vete ahora —había sido suficiente, no estaba dispuesto a escuchar las mierdas de nadie.

— Lo siento, Stiles. Solo quiero que abras los ojos.

Stiles lo miró indignado.

— No soy un idiota, soy lo bastante grande para darme cuenta de lo que me conviene o no. No necesito un niñero, ¡ahora vete!

Theo alzó las manos en señal de rendición.

— Tienes razón, lo siento. Soy un idiota —se disculpó e intentó acercarse a él, pero Stiles se alejó—. Solo quiero decirte una última cosa antes de irme.

— ¿Qué? Dilo ya.

— No me rendiré, Stiles. Te amo, fui un idiota en el pasado, pero ahora quiero arreglarlo. Sé que puedo hacerlo. Voy a darte todo el amor que te mereces, volveré a enamorarte nuevamente.