how to disappear [larry stylinson]

harry & louis (pt1)

«Cuando sentí el desolado y escandaloso ruido de la ambulancia llegando. Cuando la vi a través de la ventana de aquel auto el cual se sentía putrefacto al contacto de mi piel y como la voz aguda del conductor preguntando "¿todo estará bien?" perforaba mis oídos. Agradezco que él no haya podido escuchar el grito que solté en mi interior y agradezco que de entre mis labios haya salido un: "eso espero" aunque yo sabía que nada estaría bien, alejarme de allí creo que fue el primer error que cometí. Pensé que solo querías que volviera y que esa era tu manera de llamar mi atención. ¡Oh cariño mío! ¡Que iluso que fui! Cuán equivocado estaba al haberte creído cuando dijiste que podrías mejorar, cuando dijiste que tus heridas dejarían de sangrar y tu pararías de llorar cuando nadie podía escucharte. Que equivocado que estaba al creerte cuando decías que solo necesitabas un poco de amor, que necesitabas estar solo. Y cuán equivocado estaba cuando deje que fueras un imbecil conmigo y me obligarás a subir a ese taxi. Porque si yo no hubiera subido a ese taxi, tal vez, solo tal vez tu corazón aún bombearía sangre y tu mirada no se apagaría para siempre.»

Harry no sabía si era una simple y graciosa casualidad, pero cada vez que algún suceso inesperadamente triste se hacía presente en su vida por algún motivo sin una explicación coherente la lluvia caía como cascada del cielo, como si el cielo estuviera llorando por lo triste que se encontraba Harry.

A Harry le gustaba pensar que el cielo, las nubes y las estrellas lograban escuchar su melancolía y con su más sentido pésame lloraban hermosamente por la cruda realidad del rizado. A Harry le gustaba pensar, que en algún lugar alguien podría estar sintiendo lo mismo que él y eso lograba reconfortarlo de alguna manera, sintiéndose un poco menos solo.

Ese momento no era la excepción y el cielo lloraba furiosamente mientras Harry miraba expectante a Louis. Esperaba una repuesta que nunca llegaría, esperaba esas palabras que anhelaba que Louis dijera, pero sabía que aunque Louis lo amara con locura nada volvería a ser lo mismo.

—¿Que estas esperando que diga?—la tranquilidad irradiaba en la voz del castaño. Esa fue la primera señal para saber que nada estaría bien. Harry lo vio, vio el interior de sus ojos.

Harry vio tantas cosas en esos ojos azules, vio tristeza, nostalgia, amor, un sentimiento que no pudo entender, tal vez era culpa o tal vez era un simple destello de desilusión. Pero lo que más odio de ver en aquellos ojos no fue la prematura desilusión ni cuán vidriosos podrían ponerse, sino como él se veía tan lastimado. Se veía como si la persona que el más amara hubiera arrancado su corazón y se negara a devolvérselo.

—¿Realmente estás preguntando eso?—El rizado se sintió hasta casi ofendido.—Di lo que sientes.—Espero y espero, los minutos se sintieron como una eternidad y Harry perdió la paciencia soltando un suspiro con torpeza cuando Louis no soltó ni un monosílabo.—Vamos, Louis. ¡Di lo que quieras! ¡Grítame, golpéame, pero haz algo!

—Quiero que te vayas.—Louis hablo finalmente. Harry se quedó sin palabras y como si hubiera pasado algo increíblemente extraordinario el silencio reinó con frialdad.

—¿Q-que?

—¿Que? Dijiste que dijera lo que quiero y quiero que te vayas.—Louis dejo de hacer contacto visual con él. La voz del rizado se quebró y Louis tomó ventaja para hablar.—Te llamaré un taxi.

Louis camino hacia el sofá de la sala de su casa y tomó su teléfono de este. Como si hubiera sido una señal para Harry este salió de su pequeño transe y camino casi corriendo hacia Louis tropezándose con sus propios pies como si fuera un simple niño sin saber como caminar. Vio cómo este marcaba los números con los dedos temblorosos y Harry se sintió perdido.