CAPITULO 03

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Era un nuevo día, el sol brilla, los pájaros cantan, el clima era agradable y el sonido de un par de bocinas se escucha cuando unas casi chocan y-

''Un segundo, yo vivo en lo alto de un edificio en un departamento de lujo'' analizo el ruso debido a la incoherencia en el que estaba despertando. 

Ese no era su hogar, ¿En donde rayos estaba?

Abre los ojos con pereza y se endereza de donde sea que se encuentra y mira en su alrededor. Estaba en una habitación desordenada casi como si un tornado hubiera pasado, su ropa estaba tirada en el suelo, estaba desnudo, le dolía la espalda y en la cama era una desgastada con las cobijas desordenadas y con una sustancia viscosa en algunas aérea. Trata de recordar que fue lo que paso hasta que por fin se da cuenta de que había una persona dormida a su lado, y esa persona era nada mas y nada menos que...

─¿México?

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///FLASHBACK REPENTINO///

─¡Ugh! Me-México, hazlo despacio─ murmura el ruso arrastrando la 's' debido a que se estaba sumergiendo al placer proporcionado por el mexicano.

Llevaba tiempo en el que México comenzó a lamer el órgano masculino del contrario gracias al consumo de alcohol. Al principio el de sangre azteca solo quería mostrarle a Rusia que al batear del otro lado no era tan malo, sin embargo, cada vez que sus labios, lengua y garganta tenían contacto tenia calor en sus mejillas y sentía un cosquilleo en lo mas bajo de su ser al estar con tal pene en su boca. El sabor era salado mas no le disgustaba, es mas, deseaba tener de esa sustancia blanca que chorreaba de aquel hongo en la parte superior.

Succionar, lamer, saborear tocar son sus dedos aérea de placer. Ese era el ritmo en el que el mexicano seguía para engullir aquel miembro vigoroso que apenas podía introducir en su cavidad bucal. Rusia no podía mas que sentarse y disfrutar del placer, le sorprendía y a la vez sentía molestia de que el latino fuera bueno con el sexo oral, no quería imaginarse cuantas personas tuvieron el privilegio de disfrutar este deleite de contacto pasional y carnal.

En cierto momento el de sangre azteca tomo los testículos del mas joven y empezó a masajearlos, moverlo en pequeños circulas, chupar y lamerlo como si de un delicioso caramelo se tratará, Rusia no pudo resistirse mas y tomo del cabello para después tomar impulso de sus caderas y embestirlo hasta el fondo de la garganta. México suelta un grito de sorpresa debido a la repentina acción del eslavo, trata de separarse para conseguir aire, sin embargo, el contrario se lo impido y siguió con mas y mas envestidas en contra de la garganta.

Sentía que el aire se iba de sus pulmones y lagrimas en sus ojos, mas aquello no impedía que sintiera un ardor jodidamente erótico, es por ello que llevo sus manos a sus pantalones para desabrocharlos, bajar su ropa interior, sacar su miembro despierto y auto-complacerse al igual que lo hizo con Rusia. Los movimientos de ambos se vuelven salvajes y atrevidos, tanto para México porque llevo un dedo lubricado por su propio semen a su ano y lo introdujo dando inicio a un masaje anal.

Sus dedos se movían y tocaban áreas que hacían llegar a las nubes para México provocando que soltara gemidos mas ruidosos, el ruso se percata de que este se estaba masturbando y, en vez de sentir asco porque un hombre le estaba haciendo sexo oral y que este se estaba tocando, se empezaba a excitar y lo hizo mas cuando vio que una de las manos del latino viajaba por su trasero y se tocaba con vigor.

CINTURÓN DE ORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora