Había pasado ya dos meses desde que Titanicus había muerto, dos meses que Frank aún seguía encerrado en su casa, aquel híbrido de Enderman no quería ver ni escuchar a nadie, aún demaciado dolido y destrozado por la muerte de su hijo
- Titanicus.. - susurro Staxx mirando la única foto que se había podido sacar con su hijo
Frank ya no era el mismo desde la perdida de su hijo, su peso había disminuido significativamente, enormes ojeras se veían por debajo de sus ojos, pero lo que más destacaba de su apariencia eran sus opacos ojos verdes llenos de tristeza y arrepentimiento
- quiero a mi hijo.. - susurro con la voz ronca sintiendo como una vez más sus lágrimas salían sin control por sus ojos
..Papá..
Frank abrió con sorpresa sus ojos y levantándose de forma violenta de su cama miro de forma frenética por todos lados
- ¿¡Titanicus!? - grito sintiendo como el aire le faltaba por el reciente esfuerzo hecho
Un sollozo fuerte se escuchó en aquella desolada casa, cuando el silencio ensordecedor le respondió.
- ya no puedo más.. quiero a mi hijo.. solo quiero que mi hijo vuelva.. - y más sollozos se hicieron presente.
Frank estaba muy cansado ya, el solo quería que su hijo Titanicus volviera, lo quería de regreso, no le importaría dar su corazón con tal de que su hijo volviera, solo.. el solo deseaba tener a su hijo consigo.
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- estoy muy preocupado por el Vegetta - Willy miro a su compañero con tristeza
- yo también Willy, eh tratado de todo para hacer que salga, pero nunca contesta - Vegetta bajo su cabeza con evidente tristeza
- quiero ayudarlo, todos queremos ayudarlo, pero este pedazo de gilipollas no se deja - Fargan miro enojado y dolido la dirección en dónde se encontraba la casa de su amigo
- escuchen, dejen que yo me encargue ¿Vale? - Vegetta sonrió tratando de transmitir la confianza que no sentía en esos momentos a sus compañeros
- Vale, pero si necesitas ayuda nos avisas - aceptaron
- si, si - Vegetta se despidió de su compañeros y usando su tablilla se teletransporto a su castillo para hacer los preparativos
- Muy bien Frank, esto puede acabar bien, o puede acabar muy mal - susurro Vegetta sintiéndose bastante nervioso, pero más determinado que nunca
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