-.0.-

1.7K 153 14
                                    

No era la primera vez que Chifuyu iba a los masajes con Baji Keisuke, un amigo de confianza que su compañero de trabajo Kazutora le había recomendado cuando su antigua masajista Hinata se había casado y mudado a otro estado, el aún estaba en recuperación, es decir había estado en silla de ruedas unos meses por un accidente, los daños no habían sido muy graves, pero necesitaba como terapia corporal aquellos masajes para evitar posibles secuelas, pero como siempre había un problema, y es que ese hombre desde su primer encuentro le había parecido sumamente atractivo, y cuando le puso las manos encima tuvo que controlarse para no hacer sonidos de placer cada vez que metía sus enormes manos entre sus piernas, se sentía sexualmente atraído por el, y eso lo hacía sentir sucio pues cada lunes por la tarde tenía que verlo y evitar fantasear de más, a pesar de que detestaría que el se diera cuenta.

-¡Buen día señor Matsuno! -saludo animadante el pelinegro después de abrir la puerta y hacerlo pasar -. Vaya quitándose lo que lleva puesto y poniéndose la bata por favor, tengo que preparar unos aceites.

Se volteó respetuosamente dejando que se cambiará mientras el mismo se ocupaba de lo suyo.

-Estoy listo.

Pasaron unos minutos y pareció haber terminado de preparar todo.

-Perfecto, ahora recuestese y retire la bata.

Baji casi nunca era amable con el, tampoco nunca fue grosero ni nada parecido pero le parecía demasiado mandon en ocasiones, se preguntaba si era así de rígido en la cama.

El masaje continuó de lo más normal como todas las semanas, dió un repaso más por sus muslos y tal vez fue su imaginación pero sintió como se acercaba más y más a su entrepierna, sin llegar a tocarla, pero incluso sin tocarla esta se puso como una roca al instante. Keisuke al principio pareció no darse cuenta, pues siguió presionando hasta que el cuerpo del rubio se crispó y delató su ahora muy despierta ereccion atrapada entre los pequeños y ajustados bóxer que usaba para que no estorbaran en aquellos masajes.

Baji al principio no dijo nada y eso hizo que los nervios consumirán a Chifuyu, hasta que de un momento a otro soltó una risita.

-No me pongas esa cara tan asustada -prosiguió a alejar las manos de su cuerpo -. Es más común de lo que crees, una reacción del cuerpo y nada más -eso tranquilizó más al contrario.

-¿Ya te había pasado alguna otra vez? -trató de sonar divertido pero en realidad estaba avergonzado.

-No, es la primera vez, pero a algunos colegas que se dedican a esto si -definitivamente Chifuyu no quería que su masajista pensara mal así que al escuchar eso decidió explicarse mejor.

-En realidad podría ser porque no soy activo sexualmente por el momento, tuve un accidente que me dejó en silla de ruedas y durante ese tiempo nunca se me ocurrió que esta cosa siguiera viva, además que nadie hubiera querido salir con alguien en silla de ruedas, así que supongo que solo es libido acumulado -estaba mintiendo, sabía perfectamente que su pene estaba más que activo, se había masturbado en repetidas ocasiones, aunque la parte de que no salía con nadie por su discapacidad no era mentira-. Ya que es la primera vez que me tocas tan cerca mi cuerpo reaccionó así por sí solo.

Baji levantó las cejas en sorpresa, como su hubiera sido acusado de algo.

-Enserio lamento si me excedí, solo quería darte una atención más completa ahora que vamos avanzando un poco más en la terapia corporal.

-No, no, en verdad no me molestó, es solo que esto es incómodo, nunca había tenido una ereccion causada por un hombre -otra mentira, estaba viéndole con una mirada inocente como un cachorro, quería quitar cualquier sospecha que hubiera despertado en el.

Massages | BAJIFUYU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora