Unholy- Missaborn

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Daddy's getting hot

At the body shop

Doin' somethin' unholy

º

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Se emparejan a los pixeles, no las personas reales

Hacia tiempo que gente nueva había llegado a los pueblos, Missa había sido una grata incorporación al suyo, se había hecho cercanos a pesar del poco tiempo de conocerse, (incluso demasiado si les preguntas a los demás habitantes), incluso rozando ...

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Hacia tiempo que gente nueva había llegado a los pueblos, Missa había sido una grata incorporación al suyo, se había hecho cercanos a pesar del poco tiempo de conocerse, (incluso demasiado si les preguntas a los demás habitantes), incluso rozando el comienzo de un romance, teniendo encuentros a los que podrían llamarles citas, en las que en sus tiempos libres se reunían para relajarse, solían beber y charlar en su yate, platicar el la sala de su casa o trabajar juntos en el huerto del pelinegro, todo hasta que fueran interrumpidos por la habitual misa del profeta.

Esto por si solo sería ya era una molestia, pero se convertía en un problema al cual temía un poco, Missa era una especie de protegido del profeta y Drako, era bastante claro si veías los detalles, el hecho que al finalizar cada misa recibiera una rosa blanca por supuesta 'cortesia' y que sus castigos a la hora de desobedecer fueran menores era una clara señal, aunque esto tenía sentido, el pelinegro era el más devoto y quién siempre cumplía a las demandas de estos dos, a diferencia de el, que siempre les retaba cuando tenía la oportunidad.

La situación hacia que el hecho de estar 'ligando' con Missa, se sintiera como ir a por un fruto prohibido, pero sería un riesgo que aceptaría enfrentar. Más por el hecho que existía el interés y deseo mutuo. Dejo de pensar en eso, tomo asiento y escucho la misa de ese día.

Su mente no paraba de dar vueltas a algo desde el día anterior, sobre dos cosas de hecho, ambas relacionadas la una a la otra, muchas veces ignoraba el largo y aburrido sermón del profeta, pero esta ocasión, no salía de su mente, el sermón de día habló del deseo, la lujuria y las tentaciones, esto era una de las cosas que tenía abrumada su conciencia y la segunda era qué su encuentro de ayer con Missael había escalado de una manera que no creía posible,habían pasado de algo más que besos y caricias subidas de tono por encima de la ropa, lo que le preocupaba era el hecho que hoy volverían a verse en su casa, a un par de minutos, incluso había soñado con lo que pudo haber seguido el día de ayer si no hubieran sido interrumpidos, y ahora tenía sentimientos encontrados.


Unos pasos en la entrada de su casa detuvieron esos pensamientos, se levantó del sofá en el que estaba sentado y fue hacia la fuente del ruido. Y ahí estaba el pelinegro, con su habitual máscara de esqueleto, pero con ropa distinta a la que suele usar, hoy vestía unos pantalones de cargo color verde, una camisa blanca y una playera suelta de color beige, se había arreglado para verle, y no podía juzgarlo, el había hecho lo mismo, el mismo iba enfundado en un traje azul marino, con el saco abierto y sin corbata, decir que no sentía nervios sería mentir, pero su mente actuaba por el y ya estaban cara a cara.

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