capitulo I

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20 de Enero de 2022, para muchos sería un día normal, pero para Elizabeth Hernández ese día marcaría el final de su vida como la conocía.

Ella terminó de darse la última ojeada en el espejo. Buscó su perfume favorito y roció un poco en su cuello y muñecas , recogió su bolso y salió de su habitación.

Revisó la hora del teléfono.

Las 4:22 P.M.

— ¡Mamá, ya me voy! — gritó desde la sala buscando las llaves.

— ¡Está bien cariño, te quiero aquí antes de las ocho para cenar. Tu padre llamó para decirme que ya recogió a Freya del instituto y más tarde vienen con Selena de su clase de ballet! —respondió su madre desde la cocina.

— ¡Está bien! — asintió a pesar de que sabía que no la podía ver.

Siguió buscando las llaves en la sala ya que no las encontraba.

«¿Donde las dejé?» pensó.

— ¿¡Oye, sabés dónde están mis llaves?! — preguntó con inquietud.

— ¿Revisaste en el llavero al lado de la puerta? —

— si , ya las busque allí — confirmó mirando en dirección al llavero que había revisado ya tres veces.

Después de un par de minutos, por fin las encontró, estaban entre los cojines del sofá . Caminó hacia la puerta y puso la llave en la cerradura.

— ¿cariño? — escuchó la voz de su madre llamarla desde atrás.

— ¿Mmh? — volteó.

Su madre estaba asomada en la entrada de la cocina, que da casi directamente con el pasillo de la puerta principal, la miró con cariño y con una sonrisa cálida en el rostro.

— ...te amo — dijo , sin más.

Pero Lizbeth no supo porqué esas palabras se habían sentido como algo más que una simple despedida.

Incómoda, pero a la vez conmovida , le devolvió la sonrisa y le respondió con la misma dulzura.

— yo también te amo , mamá.

Salió de casa y tomó el subterráneo, solo tenía que pasar unas pocas estaciones para llegar a su destino, sus manos sudaban un poco, estaba nerviosa , miró la hora otra vez para ver si no estaba llegando tarde.

Las 04:40 P.M.

Iba bien de tiempo, las mariposas revoloteaban en su estómago. Sonrió inconscientemente cuando cruzó la calle con el semáforo peatonal en verde al reconocer el restaurante acordado en la esquina venidera.

Envió un mensaje rápido para avisar.

Chat:

Ya estoy llegando, estoy
cruzando la calle
(Enviado)

Pero entonces, todo pareció suceder en cámara lenta.

Escuchó el chirrido de las ruedas a su izquierda y volteó inmediatamente la cabeza en la dirección del alarmante sonido , ahogó un grito al ver un auto acercarse a menos de 5 metros de ella . Por reflejo se protejo con sus brazos a pesar de que en el fondo sabía perfectamente que eso no le iba a salvar de nada . El miedo y la desesperación no tardaron en manifestarse y sus ojos se llenaron de lágrimas asustadas . Sintió el impacto y sus rodillas, cadera y columna crujieron como nunca antes lo habían hecho, un grito desgarrador de dolor y sufrimiento puro brotó de su garganta. Lo siguiente que se estrelló contra el auto fue su cabeza, lo cual le hizo quedar aturdida y completamente desorientada.

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⏰ Última actualización: Jan 11 ⏰

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