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(( Deudor de Coppel ))

Después de un gran día en la escuela, Jack se hallaba sobre la alfombra de su sala jugando con sus camioncitos de juguete como cualquier niño de su edad. La televisión estaba encendida, mostrando en la pantalla las noticias de la tarde; su padre Jeremy había estado viendo la televisión mientras cuidaba de él en lo que su esposo volvía con las compras para la comida, pero tuvo que levantarse un momento para hacer sus necesidades en el baño.

En ese pequeño instante una moto se estacionó frente a la casa de nuestra querida familia, y un hombre de la mediana edad con cara de culo se bajó y camino hasta la puerta para tocar el timbre y esperar a ser atendido.

El característico sonido del "din-don" resonó por toda la casa, logrando llamar la atención del menor como para dejar a un lado sus juguetes.

El niño de tan sólo cuatro años se puso de pie y se acercó al gran ventanal de la sala para hacer a un lado las cortinas y asomarse; afuera estaba ese hombre, vestía de manera formal; su camisa era blanca y traía encima un estampado del logo de Coppel en la parte superior y derecha de su pecho. Claro, no podía faltar el típico casco de seguridad y el que sostuviera una tabla con papeles.
Jack lo analizó unos segundos pero el sujeto volvió a tocar el timbre, está vez con más insistencia y el niño se alejó de la ventana.

Sus padres siempre le dijeron que nunca le abriera la puerta a extraños, pero ese sujeto se veía amigable a pesar de tener tremenda cara de culo, además trabajaba en Coppel y seguramente le entregaría uno de esos catálogos pedorros con las ofertas del mes ¿cierto?

Jeremy salió del baño mientras se secaba las manos frotandolas sobre la tela de su pantalón, pero era demasiado tarde, pues Jack acababa de abrir la puerta.

—¡Hola! —Saludó el menor con una gran sonrisa sobre su rostro. —¿En que le puedo ayudar?

—...¿No eres muy pequeño cómo para abrir puertas?

El rubio estuvo a punto de salir e ir por el menor, pero al escuchar la voz de aquél hombre y reconocerlo se quedó helado y casi pálido.
Saber que se trataba del cobrador de Coppel fue suficiente cómo para retroceder en silencio e irse a esconder tras uno de los sillones.

—¿Lo soy? —Le preguntó confundido.—

—Ahg, olvídalo. —Rodó los ojos y le echó otro vistazo a los papeles que traía con él. —¿Qué es de ti Jeremy Fitzgerald?

—El es mi papá.

—Okey ¿tu papá se encuentra en casa?

La pregunta inquietó un poco al menor.
Habría contestado con un si, pero no conocía a ese señor y su mirada no le daba buena espina, pero bueno, no era alguien que juzgará a un libro por su portada, así que lo mejor sería preguntarle a Jeremy sobre si conocía a ese hombre, capaz y era un amigo suyo bien amarguetas.

—Uh... espere aquí. —Le dijo al tipo con una sonrisa nerviosa y retrocedió en sus propios pasos para entrar de nuevo a su casa. —...Papá- —Lo llamó en un pequeño susurró para que el tipo de afuera no lo escuchará, y buscó al rubio con la mirada.—

—¡Jack! —Le gritó en un susurro mientras se asomaba de uno de los costados de los sillones. —¿Por que le abriste? —Le preguntó al menor una vez que se acercó lo suficiente a él.—

—Creí que nos daría un catálogo de Coppel, y yo quiero ver los juguetes. —Bajó la mirada mostrándose arrepentido de sus acciones.—

—Pero Jack- Ahg... sólo dile que no estoy ¿está bien?

Random | Jeremike and JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora