Ruby estaba...decepcionada; decepcionada de que las personas del pueblo la tacharan de "insensible" "rara" y sobre todo "prepotente", de hecho, su padre ya le habìa advertido de las opiniones que la gente tenìa de ellos, que no se molestase en obras de caridad pùblicas, ya que no servirìa de nada cambiar el parecer de la "gentecilla" como Hugo Joya decía.
-Lady Joya, mis más sinceras disculpas, creí que pararían de soltar calumnias si les daba una reprimenda, pero al parecer, eso no las afectó.- susurró Gadak en un tono neutral con una pizca de enojo.
-ah, no te preocupes.- alegó Ruby con su tan característico tono.
Mario sentía que algo se encontraba mal, claro, no todos podrían siquiera pensar en descifrar el tono de los Joya, prácticamente poder hacerlo era hechicería; y el guardia era uno de los pocos sirvientes de dicha familia que poseía ese "talento".
-disculpe si soy imprudente milady, pero pienso que deberíamos partir ya, su padre la espera.-
-...Tienes razón, vámonos- inmediatamente Mario ofreció su mano para ayudar a la joven a subir a su carruaje.
El camino a la mansión Joya fue relativamente tranquilo, las damas de compañía de Ruby estaban un tanto ansiosas ya que su lady no había hablado ni una palabra en todo el recorrido, y aún peor, faltaban 2 horas más para llegar a la casa, y no hablar del joven Gadak, que en este momento asemejaba a un fantasma que ha estado vagando desde que el mundo se creó, se le veía tenso, y a la más mínima de las provocaciones arremetía contra la persona que lo había provocado.
Lo peor de todo es que nadie sabía porque el guardia personal de las hermanas Joya había cambiado de humor tan repentinamente, y como resultado, nadie se atrevía a preguntar qué andaba mal con él.
-detengan el carruaje, deseo hablar con el joven Gadak-
-mi-milady? pero eso no es correcto! que pensarían los demás si los llegan a ver y!- Elena de repente cerró su boca al ver la expresión que adornaba el rostro de Ruby.
-¿Hay algún problema, señorita Varlett? En lo que a usted concierne, no tiene por qué opinar sobre las decisiones de MIlady- habló Agatha en un tono parecido al que usan las madres al castigar a sus hijos, para dejar claro quién era la persona a la que Elena se dirigía.
Al escuchar eso, la muchacha miró a la señorita Joya con una expresión de puro terror, imaginando las incontables torturas que los Joya podrían aplicarle si es que este altercado llegaba a oídos del Lord.
- Lo l-lamento Milady, le dire al cochero que detenga el carruaje ahora mismo.- Susurró Varlett al borde de un colapso nervioso.
-...Bien, porfavor, que sea rápido- soltó Ruby sin medir su tono, el cual quedó algo molesto; todos los presentes sabían que la Joya estaba enojada, no hacía falta saber la razón por su humor tan tempestuoso, no era su problema y Ruby tal vez no se molestaría en compartir la razón de su enojo
- ehem, bueno, si mi lady lo permite, creo que nos vendría bien una corta caminata en el bosque, para despejar la mente.- intervino Galilea, otra de las damas de honor que acompañaba a la señorita.
- Me parece una excelente idea lady Merka, ustedes podrían despejarse un poco, en cuanto a la situación del señor Gadak y yo, lo hablaremos cerca del carruaje.- mencionó Ruby mientras pasaba de página en su libro.
- ¿Agatha? No has hablado ni una sílaba desde que salimos de la mansión, ¿te encuentras bien? pareces un tanto pálida.- preguntó Elena mientras sus ojos estaban fijos en su regazo, en el cuál reposaba una naranja a medio pelar, pensaba compartirla con la castaña esperando aliviar su aparente estado de tristeza.
Lady Tram se había sorprendido, porque a pesar de ser la dama de compañía cuyo estatus era un tanto más elevado que los de sus compañeras, era cautelosa y nunca iniciaba una conversación a menos de que sea con alguna persona perteneciente a la familia Joya, su rostro se talló en leve confusión gracias a las preguntas que Elena Varlett le había hecho, porque ella estaba segura que nunca se había esforzado en mantener una conversación con la pelirroja, ya que al ser la más pequeña tenía más trabajo que sus contrapartes, ya que Varlett no provenía de un fondo noble, a veces el Barón Joya la carga de trabajo.
-...¿Disculpa?- Tram sonó confundida, pero estaba segura que su mensaje de absoluto desconcierto había llegado a la joven doncella.
- Bueno, como había mencionado antes, estás muy callada, es inusual, incluso para ti... ¡Lamento si te incomodé! ay, lo lamento, no debí alzar la voz en un espacio tan estrecho - lo último lo susurró al percatarse de la mirada que le estaban dando las demás.
El resto del trayecto a la mansión se vivió en silencia, pues nadie tenía nada que decir, el "dimes y diretes", como lo llamaba Agatha, entre lady Joya y el caballero Gadak había dejado más dudas que respuestas.
Aunque no era extraño que Ruby estuviera callada la mayor parte del tiempo lo que era inusual eran las manchas de lágrimas secas ya evidentes en el rostro de la muchacha.
silenciosamente Galilea le ofreció un paño para poder asearse, Ruby fue rápida al tomarlo e intentar limpiar los rastros de su llanto.
-Gracias lady Merka, aprecio mucho su preocupación- susurró Ruby con una leve rasposidad adornando su pulcra voz.
-para eso estoy Milady- Galilea siempre era muy formal, y al ser la segunda al mando luego de Agatha, ella se encargó de llenar su rol de una manera muy educada y firme.
todas las doncellas en el carruaje pararon sus charlas abruptamente por el sonido de la voz del cochero anunciando que habían llegado a la casa Joya.
-hm, me parece que el trayecto ha sido más corto de lo usual- mencionó Elena mirando por la ventana, y secretamente tratando de echar un vistazo a alguno de los guardias que montaban a caballo.
las damas de compañía se apresuraron a bajar del carruaje para ayudar a Ruby a bajar, lo cual hicieron fabulosamente, la Joya agradeciéndoles su paciencia, a lo cual ellas respondieron con una reverencia.
-Ah, una cosa más, antes de entrar al estudio de mi padre para reportar cómo estuvo la visita, no hablen de la charla que sostuve con el caballero Gadak, ¿He sido clara?- soltó una ya calmada Ruby, no quería más problemas de los que ya tenía.
-ehem, creo que hablo por todas nosotras cuando digo que no diremos ni una sílaba de la conversación que tuvo Milady- Agatha decidió tomar el mando, ya que no confiaba en ninguna de las otras dos chicas a su lado, estaban un tanto nerviosas, por lo que sería fácil para ellas decil algo que pueda perjudicar a la Joya - Pero sugiero que sea yo la que dé el reporte, pero quisiera ir sola, imagino que las señoritas Gadak y Merka están cansadas, y agradecerán poder retirarse a sus aposentos un poco más temprano de lo normal-
Ruby solo asintió, y se retiró a saludar a su hermana, era mejor que ver a su padre primero, después de todo.
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Las señoritas de la casa Joya
Historical FictionNo sería una exageración expresar que las cuatro hijas del Sr. Joya son inusualmente hermosas, pero a la vez reservadas. No salen mucho, y cuando lo hacen apenas se puede crear una conversación medianamente aceptable, ya que su madre siempre parece...