Capítulo 14. Metros de ti.

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El cielo oscurecido por nubes de oscuridad, una tormenta que recreaba perfectamente la noche donde todo comenzó. Riku lo recordaba como si fuera tan solo hace un par de día cuando la puerta al reino de la oscuridad se abrió y la isla donde creció fue consumida en su totalidad.

Suspiró agotado, recostado en la arena mirando el cielo azul oculto en un mar de nubes de tormenta, se tomó unos minutos para pensar en su siguiente acción y descansar. Sabía que no tenía más tiempo, tenía que acabar con esto ahora y ayudar a Sora.

Todo fue su culpa ... Si tan solo hubiera prestado más atención, si hubiera sido más atento, Sora nunca hubiera tenido esos pensamientos negativos... ¿O si?

-No quiero romper tu discusión mental pero ...- Su propia voz lo sacó de sus pensamientos.

Se sentó con un ligero dolor en su cuerpo, viendo a ambos niños en frente de él, pero algo era diferente, sus miradas preocupadas... Sora levantó su mano y esta lentamente estaba desaparecindo.

-Solo somos fragmentos de sus sueños.- Dijo Sora, dándole una sonrisa tranquila. -Se qué podrás lograrlo, yo lo sé.

Riku se levantó de un salto, con su boca entreabierta y ambos ojos aguamarina muy abiertos al ver cómo su yo adolecente y el pequeño Sora desaparecían lentamente. Intentó tomar la mano de Sora, pero era inútil, no eran más que un espejismo.

-No metas la pata.- Dijo el joven Riku, sus brazos cruzados sobre su pecho en una postura engreída a pesar de que su existencia se estaba desvaneciendo.

Y en un abrir y cerrar de ojos, Riku estaba solo nuevamente.

Apretó la mandíbula de la impotencia, furioso de si mismo. Era su tercer intento y estaba todo saliendo terriblemente mal.

-¡Sooooraa!- Gritó. Su garganta se secó, pero aún así volvió a llenar sus pulmones de aire frio y volvió a gritar.- ¡Soraaaaaa!

No hubo respuesta. Tampoco esperaba que Sora voluntariamente viniera a él después de todos los intentos de alejarlo. Pero sabía que el moreno lo había escuchado, podía sentir su conexión más fuerte que nunca, sus corazones latiendo por la cercanía.
El suelo tembló a sus pies, las palmeras derribandose, los pequeños botes apenas soportando la fuerte marejada y el muelle desapareciendo, siendo llevado por el fuerte viento.
Riku cerró los ojos e ignoró todo, nada más que su cabeza y corazón centrados en encontrar a Sora. Objetos pasaban volando a centímetros de él, pero no importaba, nada importaba ahora.

Cuando abrió los ojos, un color fucsia inundaron por completo lo que alguna vez fue un aguamarina brillante. Su mirada de concentración, rodillas dobladas antes de impulsarse hacia adelante en un potente salto. Una luz morada a su alrededor y el brillo que le daba la energía de volver a impulsarse. Fue fácil llegar al otro extremo de la playa donde la casa del árbol aún seguía intacta, la ventana brillan en un tono dorado por la luz de un fuego y sintió la presencia de Sora.

Era ahora o nunca, y por suerte no hubo nadie que lo detuviera ahora. No había otro yo esperándolo, no había una figura de Sora oscuro merodeando, tan solo era él y una puerta, el olor de madera quemada y el sonido de una fogata. En un abrir y cerrar de ojos estaba en el último nivel, dónde había intentado llegar desde un inicio. Abrió la puerta lentamente y Meow wow fue el primero en recibirlo, con un calor abrazador en el interior.

Riku no sabía la razón, pero no sé sorprendió cuando entró en la habitación y se vio a si mismo nuevamente, sentado con la espalda contra la pared de madera cerca de una pequeña chimenea. Su yo del pasado, cuando aún tenía el cabello largo y el flequillo cubriendo sus ojos, usando ropa descuidada de esos jeans que claramente le quedaban grandes y esa chaqueta blanca con amarillo. Apenas se estaba recuperando de todo lo ocurrido durante los años en cubierto en la organización y aún recordaba la herida en su muñeca provocada por la pelea que había tenido con Roxas, que lo obligó a tener vendada hasta la mitad de su antebrazo por más del tiempo que hubiera querido.

Back In Time [Soriku Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora