[ A d a p t a c i ó n ]
"El alfa era dulce como la miel, en cambio él omega era frío como la nieve. Los alfas deberían ser los fríos, y los omegas los dulces, ¿no? pero, al fin y al cabo, eso era un estereotipo más."
✧ KookTae.
✧ Está historia no es...
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"¿Cómo un alfa podía llegar a ser tan tierno, amable y cariñoso? "
Era una pregunta que muchos del colegio se hacían.
Jeon Jungkook, alfa amable, tierno y cariñoso. No se sobrepasaba con ningún omega, ni les tocaba un pelo. No insultaba, no peleaba, era completamente tranquilo.
Aun así, con varías virtudes a su favor, nunca se le había visto con un omega.
Jeon era de los pocos alfas que querían esperar hasta encontrar a su pareja predestinada. No le interesaba salir con omegas con otras intenciones que no sea para entablar una amistad.
"¿Cómo un líder de una manada poderosa podía ser así?"
Bueno, no es como que él siempre soñó con ser líder de la manada "B.E" o su nombre original: "Blood eyes". Todo fue por culpa de su queridísimo padre.
Jungkook, se podría decir que nació en cuna de oro. Sus padres eran lo contrario a él: Su madre era una omega que sólo le importaba el dinero y el poder. Se creía la reina del mundo por ser la omega del alfa más poderoso de Asia.
Y su padre no era la excepción: Un alfa que le interesaba ganar más y más poder destruyendo manadas poderosas, y algunas que no lo eran. Mataba a los que no le obedecían, o en otros casos, los torturaba.
Aunque hace ya 30 años se empezaron a terminar las manadas; Las más poderosas seguían en pie. Rough era una de ellas.
Hasta el día de hoy, cinco manadas eran las más poderosas y que seguían en pie. En primer lugar estaba Blood eyes, en segundo lugar Rough, Tercer lugar Beast, Cuarto lugar T.N.X y último lugar Peek. Manadas rivales y que estarían dispuestos a arriesgar su vida sólo por estar en primer lugar.
A Jungkook nunca le interesó el tema de ser líder de la manada. Matar, torturar, pelear, y todo lo que le decía su padre para ser buen líder, no le parecía del todo bien.
Poder en los demás.
No le interesaba.
Nunca fue lo que su padre quería, pero no cambiaría.
Quizás no era un alfa frío, terco o temible. ¿Qué más da? ¿Acaso debía seguir los estereotipos que ponía la sociedad?
Los estereotipos era algo que él odiaba. Se podría decir que eran creencias que ponía la sociedad, además, a través de esto se catalogaba a los demás. Si eras alfa pero eras tierno y amable, eras un alfa defectuoso.
[...]
— ¿Entonces...qué hago para acercarme a Taehyung? —Jungkook se tira a la cama y abraza una almohada. Mira a la alfa que estaba a su lado, su hermana mayor.
— ¿Y qué quieres que te aconseje? No sé cómo ayudarte, Jungkook —La alfa pelicastaña se recuesta al lado del menor.
—Jennie, Lalisa era igual que Taehyung, ¿Cómo hiciste para acercarte a ella? —Jennie empieza a pensar y buscar una respuesta.
—Pues, caminando donde ella —Jungkook hace un puchero— Sólo sé tú mismo, Kook, si te vas a acercar a él, hazlo a tu modo.
Nunca mejor dicho.
—"Me podrías también ayudar, eh".
Jaja, no, gracias.
—Por cierto —Jennie se para y se dirige a la puerta de la habitación de Jungkook— Hoy te toca lavar los platos. Adiós —Salió corriendo.
— ¡¿Qué?! ¡Jennie, te tocaba a ti! —Hace de nuevo un puchero.
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