-Ya te dije varias veces. Aleja esa bola de pelos de Scabbers- El pelirrojo argumentaba mientras sostenía con sus manos a su rata que llevaba ya doce años como la mascota de la familia Weasley. La cara de Hermione estaba llena de rabia. Aunque Ron era uno de sus mejores amigos, a veces no soportaba el comportamiento infantil de éste.
-No sabes lo que dices. Es el instinto natural de Crookshanks, no sabe controlarse- Afortunadamente había dejado a su mascota peluda en su habitación, así Ron se tranquilizara. -Pues será mejor que aprendas a controlarla. Cada día Scabbers se ha vuelto más histérica por culpa de tu gato- Repetía Ron siguiendo a su amiga. Se dirigían al gran comedor, pero sus pasos eran sin pensar.
-Tal vez es que Scabbers ya está muy vieja. Puede que te ayude si llego a leer algún libro sobre mascotas, pero primero me gustaría escuchar una disculpa.- Hermione tomaba aliento al entrar al gran comedor y encontrar a Harry sentado leyendo El Profeta. La cara de Harry se desvió del periódico al ver entrar a sus dos personas favoritas, aunque se la pasaran peleando, pues esto no era ninguna sorpresa.
-Yo no soy el que debe disculparse.- Ron dijo antes de tomar asiento al lado de Hermione. Intentaba ocultar a Scabbers dentro de su túnica pero esto era imposible porque la rata no deseaba quedarse quieta.
- ¿Ahora por qué están peleando?- preguntó Harry suspirando. -Deberías de preguntarle eso a Ronald- Hermione dijo con una mirada acusatoria.
-Eso no fue mi culpa, fue de ese animal que llamas mascota-respondió Ron dando un gran sorbo a su jugo de calabaza.
Sin otra alternativa Hermione tuvo que proceder a explicar su discusión.-Resulta que Ronald soltó a Scabbers y ésta entro a mi dormitorio. ¡Destruyó todos mis libros! Bueno, a excepción del Libro Monstruoso de los Monstruos- Harry notaba cómo la cara de Hermione se tornaba más roja. -Eso no hubiera pasado si tu gato no estuviera correteando a Scabbers, ella no tiene la culpa.- Ron sabía muy bien cómo hacer enojar a su amiga. -Además no destruyó nada importante-
Hermione no soportó más, y algo dentro de ella solamente exploto. -Eso que según tu no era "nada importante" resulta ser mis libros de este año. Los he perdido todos, tendré que comprarlos otra vez. Y sin contar los otros libros que mis padres con tanto esfuerzo me compraron.- Sentía cómo algunas lágrimas se escapaban de sus ojos. De un salto se levantó de su asiento y se dirigió a la salida. Pero antes de irse decidió regresar -Y para tu información Ron, también destruyo las fotografías de mi familia.- Eso era lo último que quería decirle y sin mirar atrás salió del gran comedor dirigiéndose a la sala común de Gryffindor.
La melena de cabello de Hermione se perdió de vista y Ron se sentía muy mal por lo que le había dicho. -Creo que deberías ir con ella.- Harry le sugirió a su mejor amigo. Sin dudarlo Ron fue tras Hermione, dejando a Harry comiendo solo. Lo primero que se le vino a la mente era ir a la biblioteca a buscarla, pero porque era temporada de exámenes, la biblioteca se encontraría llena y eso era lo que menos quería Hermione en ese momento. Ella desearía estar sola tal vez observando las fotografías de su familia. Era mejor apresurarse para llegar a la sala común.
<<Fortuna Maior>>escuchó Ron decir a Hermione al retrato de la señora gorda, mientras esta última le abría paso. Ron estaba en el principio de la escalera de mármol. Estaba en lo correcto al pensar que Hermione quisiera regresar a su dormitorio y debía apresurarse si quería alcanzarla. El retrato de la señora gorda ya se había cerrado y tomando aire Ron le dijo la contraseña. -Ustedes me hacen trabajar mucho, acabo de cerrar.-Refunfuño la señora gorda. -Por favor- suplicó Ron hasta que la señora aceptó.
Como lo imaginó, la sala común estaba completamente sola, sin señales de Hermione. Probablemente ya había subido la escalera de caracol hacia los dormitorios de las chicas, y desafortunadamente estaba prohibido para los chicos ir hacia allá. Tomó asiento en uno de los sillones frente a la chimenea. Su plan era quedarse en la sala común hasta que Hermione decidiera bajar.
Se había olvidado que llevaba a Scabbers consigo hasta que la rata empezó a moverse dentro de sus bolsillos. Pensó que tal vez estuviera hambrienta, pero no pensaba irse hasta que hablara con Hermione. Pero los quejidos y rasguños de la rata eran insoportables.-Está bien rata vieja, si eso es lo que quieres.-Ron decidió darle de comer así que se levantó de su asiento y se dirigió a su dormitorio. -Sabes, por tu culpa Hermione está enojada y de seguro sigue llorando-Ron le decía a Scabbers mientras subía la escalera de caracol. -Bueno, tal vez yo soy el culpable de que esté llorando- se sentía horrible consigo mismo.
Al abrir la puerta de su dormitorio se encontró con las cinco camas conocidas con sus respectivos baúles. Estaba a punto de sentarse en su cama cuando escucho un ruido. ¿Habría alguien ahí? Volvió a escuchar el mismo ruido, estaba seguro que venía de debajo de su cama. Se inclinó para buscar lo que provocaba ese ruido. Para su impresión y terror pudo divisar ocho ojos observándolo. Trato de retroceder pero solo logro caerse al suelo. Lleno de terror Ron se paró lo más rápido que pudo. La cosa que estaba ahí salió debajo de la cama y los ocho ojos cobraron cuerpo. La criatura media más de cinco metros de alto que su cuerpo casi pegaba con el techo del dormitorio. Tenía ocho patas, su cuerpo grisáceo estaba cubierto de pelos y sus dos colmillos se golpeaban uno contra el otro retando al pelirrojo. Era su peor pesadilla, una araña gigante.
-¡Hermione!-grito Ron lo más alto posible. -¡Hermione! ¡Ayuda!-Su garganta le dolía de lo alto que había gritado pero eso era algo que no le importaba en esa situación. La araña gigante daba pasos para acercarse más, mientras que Ron retrocedía aterrorizado. Ron estaba más pálido de lo normal -¡Hermione!- gritaba una y otra vez, hasta que la puerta se abrió y la chica apareció detrás de ella.
-Creo que es uno de los amigo de Hagrid- dijo Ron mientras tropezaba con el baúl de Neville. Volteó a ver a Hermione que estaba con los ojos muy abierto de miedo igual que él. Hermione trataba de pensar lo más rápido posible, busco su varita dentro de sus bolsillos. -No encuentro mi varita- dijo Hermione más desesperada que nunca.
Ella buscaba algo para atacarla y sus ojos se posaron en una nota doblada que se encontraba cerca de la puerta. Le llamo la atención así que la levantó. La nota decía "Para Potter y Weasley: Espero que se diviertan con mi amigo" Eso estaba escrito claramente por Malfoy. ¿Pero cómo era posible que Malfoy hubiera llevado una araña a su dormitorio? Pensó Hermione.
-Fue Malfoy. Dame tu varita-le dijo Hermione a Ron. -¿Qué? ¡Pero eso es ridículo!- grito Ron mientras sacaba su varita y se la daba a su amiga. -¿Ridículo? ¡Eso es! ¡Es un boggart!- Cayó en la cuenta Hermione y sin dudarlo alzó la varita y gritó-¡Riddikulus! -la que antes era una araña gigante se volvió del tamaño de una hormiga y ahora llevaba puestos diminutos zapatos de payaso. Y con un movimiento de varita Hermione la metió en uno de los baúles causando un repentino silencio que reinaba en el cuarto.
Los dos amigos respiraban con dificultad y Ron se secaba el sudor de la frente . Ron aliviado volteo a ver a Hermione, y empezaron a reírse juntos. En verdad eso fue algo muy ridículo. Se dirigió casi corriendo a Hermione y la levanto abrazándola. -Eres absolutamente brillante Mione. No sé qué haría sin ti.-Al mirarla más de cerca, pudo observar que sus ojos estaban rojos y un poco hinchados. Con su mano secó las lágrimas que no tuvieron tiempo de secarse. Hermione no podía evitar sonreír ante su comportamiento infantil.
-Siempre el tono de sorpresa-ella respondió.
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Riddikulus!
FantasyEsta es una pequeña historia de Hermione y Ron en su tercer año en Hogwarts. Los personajes le pertenecen a la hermosa y brillante J.K. Rowling.