호텔 5: Odio mi trabajo 호텔

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Seungmin vio como Hyunjin se agachaba junto a Jisung, pero él no podía despegar la vista del que creyó que alguna vez fue su hyung, y su amigo.

Chan observó el cuchillo en su mano y jugueteó con él, finalmente subió sus ojos con los de Seungmin, y no tuvo pena de sonreír como si nada pasara.

- ¿P-Porque?- pregunto con dificultad.- ¿Por qué has matado a... a todos nuestros a-amigos?

Chan ladeó su cabeza.- ¿Amigos? Yo más bien diría estorbos.- bufo, sin importarle las lágrimas que salían de los ojos de Seungmin.- No éramos amigos. Ustedes y yo somos simples empleados.

- ¿Por qué, Chan hyung? ¿Acaso has disfrutado matándonos de manera horrible, a los que éramos TUS empleados?- pregunto el menor, sintiéndose molesto.- Trabajamos juntos desde hace décadas, ¡No somos tus simples muñecos con los que puedas jugar! Nos hiciste creer que alguien había matado a Felix, pero lo que en realidad querías era deshacerte de nosotros.- lo acusó, llorando.

Chan negó, con cierta diversión.- Ustedes no eran el objetivo, simplemente eran peones en mi partida con los que debía tener cuidado, pero Felix se entrometió en mi objetivo y tuve que tomar la decisión de mataros a todos para que no tratarais de impedir mi plan.

- ¡¿Qué plan?! Maldita seas.- gruño.

- ¡Como bien has dicho, llevamos trabajando aquí décadas, Kim!- le gritó, provocando que el contrario se encogiera en su lugar.- A diferencia de ti, no quiero pasar el resto de la eternidad trabajando en este maldito hotel que me da más trabajo que respirar. Quiero ser libre, respirar aire fresco, pero mi maldita vida está atada aquí y a vosotros, y la única manera de poder tener la vida que yo quiero era deshaciéndome de los huéspedes.

- Pero...

- ¿Son huéspedes infinitos? Si, tal vez. Pero algún día dejarían de venir si se diera la noticia de que mueren al pasar más de dos días aquí, ¿cierto?

- Estás loco.- lo acusó, sorprendido.- ¿Has matado a mis amigos, y también a huéspedes...? ¡Estás demente!

- Solo luchó por mi libertad, Kim. Todos tenemos derechos.- le recordó.

Hyunjin se levantó del suelo, pringado completamente de pies a cabeza de la sangre de Jisung, quien por obvias razones ya estaba muerto.

Le lanzó una mirada seca y vacía a Chan, quien no la apartó por orgullo.

- Has matado a Jisung.- lo acusó, sin una pizca de emoción en sus palabras.- Me importa un pimiento que luches por tus putos derechos, pero Jisung no tenía nada que ver en esto.

- Era un huésped.- se encogió de hombros.- Y ahora ya no. Uno menos, solo quedan infinitos más.

Eso fue la gota que colmó la paciencia de Hyunjin, quien estalló en rabia y se lanzó hacia Chan. Pero este seguía sosteniendo el cuchillo en sus manos y solo le hizo falta dar un rápido movimiento a este y lo clavó en las costillas de Hyunjin, quien dejó salir un alarido de dolor.

Lo clavo nuevamente en su brazo, y otra vez cerca de su apéndice. Hyunjin cayó al suelo con una sonrisa.

Movió un poco su cabeza y logró ver el perfil de Jisung, quien tenía su mirada clavada en el techo y no se movía. Movió con todas sus fuerzas su mano derecha y sostuvo con fuerza la contraria.

- Puede que muera, pero...- se forzó a hablar en susurros, para que Jisung pudiera escucharlo fuera donde fuera que estaba.-... pero al menos logre sentir fe-felicidad..

Seungmin vio la escena mientras daba pasos hacia atrás. Y cuando Hyunjin estuvo muerto, Chan subió su mirada hacia él y le sonrió.

- Joder, joder, joder, joder...- murmuraba, sin detener sus cortos pasos hacia atrás.- Dios, si estás ahí, protégeme. Puede que vaya al infierno por cobarde, pero ahora mismo me la suda.- se dijo.

Dio media vuelta y corrió con desesperación hacia la puerta de la entrada. Esta rodó y una figura se cruzó en su camino, provocando que ambos chocaran el hombro, más no le importó y siguió corriendo, cruzando la puerta y saliendo del hotel.

- Será brusco, ¿No puede caminar como una persona normal?- se quejó la voz del nuevo huésped, quien había oído hablar maravillas de ese hotel.

Al darle una mirada, vio el resplandeciente suelo impoluto, las paredes largas hasta el techo y las finas columnas que lo decoraban todo. Había algunas personas de aquí para allá, pero había mucha calma en ese lugar.

Casi resbala con una mancha roja en el suelo, pero siguió su camino hacia la recepción, parándose frente al hombre de sonrisa amable y hoyuelos, que se colocaba bien un pin con su nombre.

- Es un gusto, "Bang Chan".- le sonrió.

- ¿En qué puedo ayudarle?- pregunto el empleado, alegre.

Detrás de él, había seis perchas, pero una sola percha con su nombre en ella, más no le tomó importancia.

- Venía a pasar unos días, ya sabe.- le sonrió.- ¿Tiene una habitación?

- Claro, déjeme hacer una llamada.- dijo, agarrando el teléfono.- ¿Puede moverse a la habitación de al lado? Si, si claro. Gracias.- colgó el teléfono y le entregó unas llaves.- Su habitación es la 2188.

- Muchas gracias.

- Le recomiendo que vaya al spa que hay en la segunda planta, el vapor y el agua caliente le relajará mucho.- recomendó.

- Eso sería genial.

Chan sonrió, indicándole uno de los ascensores. Cuando el nuevo huésped salió de su vista, le dio una patada al brazo que sobresalía de debajo del mostrador.

- Este trabajo va a terminar matándome.










FIN

호텔

El Hotel // HyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora