bloodsport ⚽️ [terminada] [harry's pov]

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Harry acababa de cumplir dieciocho años cuando estuvo cien por ciento seguro de que era gay. Por supuesto, para entonces sabía desde hacía mucho tiempo que le gustaban los chicos, pero no estaba seguro de si sentía lo mismo por las mujeres.

Cuando se mudó a Doncaster, se hizo amigo de Zayn. Eran solo preadolescentes y todo se sentía tan simple. A Zayn le gustaban las chicas y Harry fingía que a él también le gustaban. Hacían acuerdos sobre a cuáles se les permitía invitar a salir y con quienes podían tomarse de la mano. Luego, se hicieron mayores y comenzaron su primer año en la escuela secundaria, y Harry vio a Louis.

Zayn tenía una novia desde el año anterior llamada Joanna, y mientras Zayn estaba seguro de que la amaba, Harry no fingía que había alguien en quien esté interesado. En cambio, durante esos primeros meses de escuela, admitió para sí mismo que le gustaba imaginar cómo sería tocar a un chico.

Alrededor de Navidad, durante ese año, se hizo amigo de Jasmine. Iba a su clase de inglés, siempre fue amable y tenía un sentido del humor que él admiraba. Su cabello era largo y oscuro, con un flequillo corto en ese momento, y sus labios siempre brillaban con una especie de brillo con sabor a frambuesa. Tenía dos hermanas. Una mayor, Camila, y una menor, Eliza. Eran chicas dulces y, a menudo, pasaban tiempo con Jasmine y Harry en su casa. Ella tenía muchos amigos. En su mayoría eran chicas, y como a Harry le gustaba pasar el rato con Jasmine, hizo muchas amigas. Zayn seguía siendo su mejor amigo, pero la mayor parte del tiempo Harry se encontraba sentado con Jasmine en sus clases compartidas y durante los almuerzos.

Para el segundo año, Harry sabía que le gustaba imaginarse a hombres cuando se masturbaba. Cerraba los ojos y pensaba en pechos y hombros musculosos, manos firmes y estómagos tonificados. Al mismo tiempo, no tenía idea de que Jasmine se había estado enamorando de él. No tenía idea de que cuando ella romantizaba su vida, lo imaginaba a él junto a ella. No sabía que cuando estaban solos, lo que ella realmente quería era besarlo. Cuando acariciaba sus rizos, no era platónico, y cuando le sonreía con calidez, no era porque él había dicho algo divertido, sino porque estaba enamorada.

A fines de enero, habían ido a una fiesta. Harry había pasado toda la noche con Zayn, emborrachándose con cervezas que habían pedido que comprara a alguien que estaba afuera del gran Sainsbury's. Cuando se presentaron en la casa de su amigo, ya estaban ebrios. La casa estaba llena de gente, la música sonaba a todo volumen y había un baño al final de un pasillo que tenía una cola tan larga que solo podía significar que había drogas en la encimera. Una hora después de llegar, Harry estaba peor que cuando se fueron de la casa de Zayn. Los chicos mayores del equipo de fútbol habían instado a los jugadores más jóvenes a que hicieran un shot tras otro, y al salir de la sala de estar donde estaban acurrucados, Harry se tambaleó. Se dirigía a la puerta principal en busca de la chaqueta de Jasmine. Tenía frío y quería sus cigarrillos. Él se había ofrecido a ir a buscarlos.

En el pasillo se encontró con Louis Tomlinson.

Su cabello estaba más corto en ese momento. Tampoco era tan musculoso, pero sus ojos eran azules, por supuesto, y ese flequillo suyo todavía se las arreglaba para rozar sus ojos como todavía lo hacía un año y medio después.

Harry estaba borracho esa noche. Louis estaba borracho esa noche.

"Oi," Louis había llamado. "No me mires así, Styles."

"No te estaba mirando."

"Sí, me estabas mirando."

"No, no lo estaba."

Levantó una ceja.

Bueno. Él lo estaba. Porque Louis estaba sin camiseta y era un chico. Atractivo. Jodidamente en forma, a pesar de lo mucho que Harry lo odiaba.