𝐇𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬

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Días 3, 4 y 5: Bebé falso, Manualidades juntos y Vida doméstica

—Pinche tarea toda pendeja que nos dejó ese don. —dijo Quackity pasando el objeto entre sus manos a las del castaño.

—De por sí las tareas me parecen una modalidad arcaica para medir el conocimiento adquirido de los estudiantes, pero esta vez llegó a otro nivel. ¡¿Cómo rayos esperan darnos una adecuada educación sexual integral con una basura de asignación como esta mierda?! —Luzu estuvo de acuerdo, observando con cierto desdén el huevo que sostenía, mientras caminaba al lado de su mejor amigo, ambos saliendo de clase.

Los dos se quedaron en silencio mientras caminaban en dirección a su colonia, observando distraídamente al huevo, como si de repente pudiera transformarse en algo más interesante que un ovoide blanco.

—Hagamos una tortilla con este y cogemos otro del frigorífico un día antes de la entrega. —Sugirió Luzu, esbozando una maliciosa sonrisa que reflejaba su intención de no solapar una idea tan inútil.

—Se me hace que tú estás pero bien wey, mi Luzu. Las tortillas no llevan huevo, con el puro maíz tienen. —El mencionado apartó la vista del huevo para dirigir una mirada de fastidio a su acompañante. Sabía que Quackity había entendido, pero siempre aprovechaba cualquier situación para burlarse de las diferencias entre dialectos. El menor fingió no notar esa mirada— ¡Pero no! ¡Ni madres! —Quackity pronto se apresuró a tomar el blanquillo de las manos ajenas, formando un cuenco con las propias para sostenerlo con mayor cuidado—. ¿Qué estás viendo y no ves, wey? El viejo le puso una marca, va a saber que cambiamos el huevo a otro.

—Quacks, esa estúpida marca podemos hacerla con cualquier plumón en casa.

—No, no, no, no. Ese viejo mañoso siempre sabe cuándo le hacen trampas. ¿No recuerdas el parcial del periodo pasado? ¡Era imposible que supiera sobre ese acordeón de Rubius! Sólo bastó que él entrara al salón para supervisar el examen y supo lo que estaba haciendo. —Luzu soltó una pequeña risa.

—Es Rubius de quien estamos hablando. Si pillaban a alguien haciendo trampa tenía que ser él.

—De todas formas. Prefiero no arriesgarme con ese señor. De sólo imaginar la cara de mi jefesita cuando tenga que decirle que me cacharon haciendo trampa... N'ombre, no me la voy a acabar nunca. No lo vale, Luzu, tenemos que cuidar bien a este pinche huevo.

El mayor no agregó algún comentario que contrariara los deseos ajenos. Sabía lo aplicado que era Quackity en las cuestiones académicas, siempre procurando sacar las mejores calificaciones de la manera más honesta posible, pensando en que no habría mejor forma de agradecer a su madre por el esfuerzo y sacrificio que hacía para que él pudiera ir a la escuela.

Definitivamente no compartía tal devoción a las instituciones estudiantiles, pensando que el sistema educativo había quedado obsoleto para las demandas y necesidades del mundo actual, procurando sacar el mayor provecho que se podía con las exposiciones mediocres de sus compañeros, y optando mejor por un aprendizaje autodidacta, sin mayor esfuerzo que alcanzar la nota mínima aprobatoria para seguir el curso.

Pero esto era importante para Quackity, y al ser él su compañero elegido para la asignación, respetaría aquello siguiendo todas las indicaciones dadas y esforzándose para que él sacara la buena nota que quería.

—Pero tú tendrás que cuidarlo entonces. Será custodia compartida, y yo iré a verlo a tu casa los fines de semana. —Condicionó el castaño, aún divertido por lo alterado que se había puesto el menor con la broma que había hecho.

—Respecto a eso... —Quackity le dirigió la mirada, volviendo a acercar el huevo al otro. La mirada, aquella que solía usar siempre que quería pedir algo y definitivamente esperaba que ese algo se cumpliera.

𝐇𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬 ʚ LuckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora