──in love ¡ streamers !

O4

—¡Hola! —saludé agresivamente mirando directamente a la cámara—. No tenía planeado hacer esto, pero sin stream no sé qué hacer... Actualmente mis días se basan de stremear todo el día y después hacerme pendeja y ni pinta hacerme boluda tanto tiempo.

Esculcando entré los cajones de la cocina de Sebari encontré un delantal, por lo que me lo empecé a amarrar —Sinceramente no estoy acostumbrada a usar estas weas, nomá' lo uso en la carrera porque me obligan, pero hay que vernos profesionales —moví la cámara—. Che, ¿tendrán un gorro de cocina? -pensé un par de segundos, pues me la vivía en esta casa.

—Creo que no, verga —comencé a poner música con mi celular, me chupaba un huevo el copy, realmente no, pero con algo me tenía que distraer—. Ah, claro... ¡Ari! -grité lo último—, soy re boluda, les tengo que preguntar.

—¿Qué pasó? —la mexicana entró en escena.

—¿Tienen un gorro de chef? —me rasqué la nuca.

—Eh... —dudó—, creo que Juan compró uno -se dirigió a la despensa— ¡A la verga, sí hay uno!

—Ahuevo —ambas celebramos.

—¿Para qué lo necesitas? —pregunto mientras me lo ponía.

—Como no puedo hacer stream hoy estoy haciendo un vídeo de cocina —sonreí acomodándome el gorro.

—¡Hola soy Ari! —saludó a la cámara, quitando la música— ¿Sólo nos cocinas porque vas a generar dinero?

—Efectivamente —asentí—... ¡Joda! Te quiero una banda Ari —la abracé.

—Gracias.

—¡Vete a la verga! —le enseñé el dedo corazón.

Se pusó una mano en el pecho, fingiendo estar dolida -Me lastimas, me iré porque ya no me quieres.

—¡No Ari!

—Ya no quiero nada.

—Ni modo —me estiré—, ¿qué cocino? ¿Por qué preguntaba si nadie le podía responder? Perdonen, soy medio peté.

Seguí abriendo cajones, buscando alguna inspiración o idea, hasta que encontré a mi salvación un libro de recetas ''Las recetas de mi abuela'', tenía un buen nombre.

—Se puede, encontré esto —lo enseñé—, creo que de algo va a servir —lo abrí, paseandome entre sus páginas.

—¿Lasagna? —me pregunté a mi misma—. Sí, ya fue; pero probablemente no tengan nada de lo que necesito, a la verga.

Me estiré —Ni modo, toca salir, pero que paja —alargué la última letra.

—¡Ari! 

—Qué —me respondio.

—Acompañame a comprar.

—No.

—Ya no les voy a hacer una mierda.

—Era broma, vamos.

—¡Gracias!