Cap. 28.

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Hoy tocaba mi cita con Niall. Esperaba que terminara mejor que con Louis y no tener que llamar a Adam para que me viniera a buscar y no inventarle una escusa como que le dio diarrea en medio de la cita y no encontró baños disponibles. Todo muy normal, osea...es algo que siempre pasa.

Niall me había enviado un mensaje de texto con una dirección en el.

Genial, pensé. Tendré que caminar.

Cuando ya tenia el vestido blanco puesto y ya tenia mi moño listo. Me mire al espejo. No me extrañaba que quedara bien, Sam y yo solíamos practicar todo tipo de peinados una con la otra cuando eramos pequeñas.

Las ganas de llorar no faltaban ahora, pero no lo haría. No.

Le sonreí al reflejo en mi espejo y tome la chaqueta negra y mi bolso que estaban en la silla del escritorio. Llegando a la sala Adam estaba jugando con mi papá con un tablero de ajedrez.

-¿Usted sabes como se juega esto?.-Pregunto Adam.

-Nope.-No pude soportar la risa. Los dos, apoyados en sus manos, mirando fijamente al tablero y negando levemente. Las ganas de arrojarme al suelo no me faltaron pero de seguro esta congelado. Ambos me miraron inconscientes de que mi ataque de risa era por su culpa.

Luego de varios intentos de controlarme, lo logre. Bueno, apenas, pero lo hice. Solo se me escapaban algunas risitas al recordar sus caras. Solo un poco.

-Adam,-lo llamo mi papá-confió en que si lo vez en algo raro a ese hij..-

-Papá.-Lo interrumpí.

-hijo de fruta,-corrigió-le darás un patada en sus partes para que tenga un dolor que no se olvide nunca mas en su vida. ¿Entendido?.-

-Señor, si Señor.-Adam puso pose de militar y mi papá asintió para luego entrar a la casa, y claro esta, asomar la cabeza por la ventana.

-Me congelo solo de verte, mejor te dejo luego en la casa de el.-Dijo mi amigo caminando a la puerta del conductor. Estando los dos adentro este encendió la calefacción. En realidad no hacia frió, para nada. Pero Adam es Adam y el es...Adam. Raro.

-Por cierto, te vez muy bonita.-Dijo este luego de unos minutos en el auto con solo la música de la radio.

-Gracias.-Sonreí. Negó divertido y le subió el volumen a la canción y yo solo mire a la ventana. La noche comenzaba a caer y la luna comenzaba a aparecer.

Cuando al fin encontramos la casa que indicaba la dirección en el mensaje, Adam se bajo junto conmigo. Lo mire extrañada.

-¿Que?.-Pregunto frunciendo el ceño confundido.

-No me dejaras en la puerta, tu te devuelves al auto.-lo señale-Esta es mi cita, y es de dos.-Especifique.

-Tu papá me matara si no lo hago.-

-Me importa una mierda.-El, como buen amigo, me mostró su dedo medio y subió al auto sin apartarlo de mi dirección. Cuando este estaba arriba, seguía mostrándomelo a través de la ventanilla.

Suspire satisfecha de conseguir que se aya ido. Camine hasta la puerta principal, obviamente, y toque el timbre. Pero justo antes de apretarlo por segunda vez, la puerta se abrió mostrándome a el rubio.

Estaba usando un suéter negro, pero parecía de navidad. Unos pantalones claros, y zapatos formales.

-Te vez preciosa.-Fue lo primero que dijo.-Pasa.-Se hizo a un lado dejándome paso libre al interior de la acogedora casa.

Mi vista se fijo en la chimenea y no me doy cuenta de que Niall había cerrado la puerta he ido a la cocina, porque ahora trae dos tazas rojas y me huelen a chocolate caliente.

Night Changes. ||H.S.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora