VII

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Las personas que sabían su secreto se podían contar con solo una mano.

Cuando la menor de los Kim lo descubrió en ese momento todos se encontraban viviendo en Francia, los proyectos de Kibum estaban dando frutos en Europa y ya era cuestión de tiempo de volver a su país natal.

Esa mañana Minjeong se levantó con la misma ansiedad con la que se había acostado, estaba así desde hace algunos meses. Con 12 años descubriendo su alrededor se daba cuenta de que ella era diferente, no podía sentirse identificada con los comentarios que sus compañeras de clases comentaban en los baños durante los recesos.

-Elliote, hoy me da invitado a salir luego de clases-escuchó Minjeong desde su cubículo.

-Creo que le gustas-comentó otra voz.

-Lo sé-respondió riendo-es muy lindo, me encanta su cabello es muy rubio y suave.

Minjeong hizo un gesto de asco desde su lugar para sacar el seguro y encontrarse con sus compañeras.

Les dio una media sonrisa para llegar a lavamanos.

-Winter, ¿qué hay de tí? ¿te gusta algun chico de la clase? Podemos ayudarte a conseguir una cita-dijo Danielle con una sonrisa amable.

Minjeong la miró sintiendo un sonrojo en sus mejillas.

Ni Elliote, ni Gastón, ni nadie de los chicos o de la escuela le parecían atractivos, eran bruscos, olían mal, tenían malos modales y nunca se preocupaban de su imagen.

Danielle le parecía mucho más linda, suave y tierna, pero no dijo nada.

-Vamos, probablemente no nos entendió-dijo la chica al lado de Danielle mientras giraba los ojos al mismo tiempo que tomaba su brazo.

Danielle le dio media sonrisa y desapareció del baño.

La coreana suspiró mientras remojaba su rostro con abundante agua, la interacción con Danielle había provocado que su corazón se acelerara.

Esa conversación había estado en su cabeza por algunas semanas ¿por qué simplemente no pudo responder con un nombre de cualquier chico? Podía responder simplemente Gastón, quien era otro de los chicos que todas gustaban de él, pero aun así ella no quería tener una cita con nadie.

Sus padres habían tenido que salir de emergencia el sábado en la mañana y podría jurar que Jennie se encontraba con sus amigos en algún cine, prendió la televisión encontrándose con un documental acerca del internet, mientras comía de un pastel que su padre había traído la noche anterior descubrió como había sido creado el internet y que tipo de cosas se podía encontrar. Cuando el relator dijo que todo se podía encontrar en el internet observó la computadora de Jennie que estaba un sofá individual, mordiéndose los labios y con el corazón acelerado tomó la computadora de su hermana entrando a google.

Sus manos temblaban, porque tenía miedo de lo que podría encontrarse, tenía miedo porque de cierto modo sabía la respuesta, sabía porque se sentia diferente, pero eso no lo hacía sentir mejor.

Había escuchado como su padre evitaba ese tema de conversación o como su abuelo condenaba a las personas homosexuales. Todas las cenas junto a sus abuelos y padres recorrieron su mente mientras realizaba un test.

"¿Soy homosexual?"

Temblaba respondiendo cada respuesta, estaba respondiendo sinceramente, con su corazón, no respondía por conveniencia y con cada click que daba a sus respuestas una lágrima nueva corría por sus mejillas, porque ella lo sabía y no quería enfrentar la realidad.

"Eres lesbiana"

Cuando el resultado final pareció en su pantalla sollozó.

Dejó la computadora de Jennie frente a ella en la mesa de centro mientras se tomaba de la cabeza tratando de calmar sus sollozos, sus padres la odiarían y no podría soportarlo, ella no había pedido a nadie que las chicas le parecieran más atractivas que los chicos.

afterglow; winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora