Cuento N°1: "Maldito libro"

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CUENTO N°1: "Maldito libro"

Estaba cansada, no aguantaba más. Las interminables luchas contra el mal me empezaban a aburrir. Fue entonces cuando decidí leer otras historias. Retiré las cálidas frazadas en las que me había envuelto para pasar esa fría noche de invierno y me levanté dejando atrás la cómoda cama en la que había soñado ese extraño sueño incontables veces.
Busqué en mi biblioteca y en las repisas de abajo se encontraban todas esas novelas que me habían ayudado a superar el aburrimiento de la soledad. Continué buscando para arriba y encontré un libro al que nunca antes le había prestado atención. Yo no lo había comprado, existía la posibilidad de que hace siete años me lo hubiera dejado el último amigo que me había visitado. Me senté en el sillón de siempre y empecé a leer. Paré a tomar agua y a comer algo, el hambre que tenía era extraño, pensando que hace apenas cuarenta minutos como mucho, había desayunado abundantemente. Miré por la ventana y estaba oscuro. Me fijé la hora en el reloj de pared y era media noche. Imposible, pero a la vez verdad.
Me dormí pensando en el libro, que trataba de explicar una metáfora que hablaba sobre la rutina en la que algunas personas estaban atrapadas, inconsientemente: "se muere cuando ya no se vive". Algunas veces la gente muere, deja de vivir, cuando el corazón no late más y su cuerpo deja de funcionar. En cambio, otras personas, mueren porque dejan de vivir. Disfrutan cuando duermen, ya que en sus sueños pueden conectarse con lo que ellos piensan, lo más parecido a una vida, con aventuras y riesgos. Ya que cuando manejan su propia "vida" quedan atrapados en la rutina de siempre.
Al día siguiente, cuando terminé de almorzar, me di cuenta de que el libro no estaba. Lo busque por toda la casa, y no lo encontré. Pensé en irme a caminar, me abrigué y me fui. Cuando ya estaba por volver tuve la sensación de que alguien me seguía. Cuando lo confirmé el tipo se dejó ver. Era un hombre alto, obeso y con rastros de barba. Me dijo que si no le daba el libro me mataría. Intenté defenderme, diciendo que no tenía ningún libro que a él le perteneciera. Me di la vuelta y me fui corriendo a mi casa. Cuando llegué encontré el libro en una silla, donde lo había dejado la noche anterior, y donde hoy al mediodía no estaba. Escuché de pronto que alguien tocaba la puerta. Cerré con llave, traba, seguido de un mueble. Tocó de vuelta. Y me acordé del sueño... eso era. Intenté despertar. Tocó otra vez, pero con más fuerza. Desperté y me saqué las frazadas que me calentaban por las noches frías de invierno.

~Maldito libro~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora