El problema es que te quiero.

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Te quise, y aún lo hago. Pero ahora es diferente, algo ha cambiado.

Ya no me siento bien haciéndolo, me duele más, me dueles más.

Me deprimo más que antes, estoy más hundida que antes, ya no puedo seguir así, no lo aguanto, no me permitiré estar así por ti. Por tu culpa.

Te quiero amar - decías. Y yo siempre te creía. Tu nunca quisiste amarme, sólo esperabas que yo lo hiciera. Y lo lograste.

Hiciste de mis noches comunes, tus noches de relajo, para mí, eran noches infinitas. Hacías que esperara con ansias nuestras conversaciones, para que al día siguiente hablará de ellas sin evitar sonreír al recordarte.

Yo veía lo que tú no. Yo sentía lo que tú no. Yo era la que se hundía por ambos, y lo sigo haciendo. Te pido perdón por compartir contigo mis noches con la luna. Nunca debieron ser tuyas.

Me llenabas de lágrimas y luego de sonrisas, yo ya estaba rota antes de que llegaras a mi vida, estuviste conmigo cuando no tenía fuerzas para luchar contra mis problemas, contra mi.

Recuerdas aquella noche en la que dijiste - los príncipes somos fuertes, no lloramos - y yo sólo atiné a responderte de la manera más dulce - las princesas lloran porque necesitan hacerlo, los príncipes lloran porque llevan tiempo siendo fuertes-. Olvidé decir que los príncipes como tú, también saben hacer sufrir.


Aún dueles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora