Yo te cuidaré

1.4K 159 7
                                    

- ¿Chisato no va a venir? – dijo Mika a través del teléfono - ¿Le pasó algo malo? –

Se escucha a Takina suspirar en el teléfono -No afortunadamente, solo está resfriada, tiene un poco de fiebre, pero va a estar bien-.

La chica de pelo negro se queda en silencio un segundo y suspira, dudando de lo que va a decir.

-Am, Maestro... - dijo por fin indecisa.

-Cuídala – interrumpió Mika -Se que quieres cuidarla, te la encargo, Takina-.

Takina se sorprende, al otro lado de la línea se escucha a Misuki y a Kurumi gritar y discutir: "Cuida a tu noviecita bien". Se sonroja y cuelga el teléfono. Respira hondo y va a la habitación donde dormían. Mientras caminaba se preguntaba si ella tal vez siente lo mismo, estaba un poco conflictuada, pero estaba decidida en decirle esa semana. En verdad, iba a ser ese día al despertar, pero Chisato sigue dormida con fiebre. Cuando Takina entró a la habitación, el sol entraba por la cortina cerrada. Era fina, entonces ya había iluminación natural. Eran las 8:30 de la mañana, el sol ya estaba ahí arriba alumbrando toda la ciudad. En la cama, estaba Chisato. Se le escuchaba respirar por la boca, fuerte, como si estuviera cansada. Takina notó esto y rápidamente fue a su lado: "Parece que la fiebre ha aumentado". Sus mejillas estaban rojas, tenía sudor recorriendo toda su cara. Takina agarró la toalla mojada en agua helada de la mesa de noche, la escurrió y la puso en la frente de Chisato.

-Estás hirviendo – dijo Takina preocupada. Pese a que sea solo un resfriado, tenía miedo, no quería que le pase nada.

Mientras la miraba, estaba pensando y planeando el día. Primero, irá a buscar alguna pastilla para que Chisato pueda tomar, pero antes tiene que hacerle algo de comer, un desayuno ligero y nutritivo para que su cuerpo se recupere rápidamente. Cuando despierte, estará muy atenta a todo lo que ella necesite. Su plan terminó de hacerse cuando sintió algo, la mano de Chisato que estaba fuera de la gran colcha que la tapaba estaba temblando. La fiebre hace que la persona sienta frío, pero, al contrario, hay que destaparlo para que el calor baje. Pero Takina, solo se quedó viendo su mando, hasta que estiró la suya y la agarró. Su mano temblaba, como si buscara a alguien para que la acompañara. Se puso a pensar, y es cierto, antes Chisato estaba por su cuenta. Tal vez Mika venía a ayudarla cuando se enfermaba, pero después, ella estaba sola, por su cuenta, sin alguien que la ayude de tal manera que se pueda sentir mínimamente acompañada: "Chisato...". Tras agarrar su mano, poco a poco el respiro agresivo y preocupante cesa. Takina se relaja mientras agarra la mano de aquella chica que ama tanto. Casi de manera inconsciente, empieza a hacerle cariño en la mano. Juega con los dedos de Chisato, toca repetidamente la palma. Se da cuenta de que es muy suave, tiene una piel hermosamente suave. Pone la otra mano encima de esos lindos dedos, y la acompaña de esa manera, no quiere que Chisato se sienta sola.

-Ay, es cierto, tengo que hacerle algo de comer, no ha desayunado- Takina se levanta rápidamente y va a la cocina: "No me iré por mucho tiempo, no estás sola". Abre el refrigerador y hay cosas suficientes para una sopa deliciosa para Chisato.

Empieza a cocinar, cada cierto tiempo iba donde Chisato a revisar si todo iba bien. Su fiebre había bajado un poco pero aún se mantenía: "De seguro con la pastilla bajará aun más". Mientras revolvía la sopa, seguía pensando: "Dios, cuánto amo a esa niña, maldita sea".

Cuando terminó de cocinar, puso la sopa en un plato hondo, una cuchara y lo llevó todo en una bandejita de madera que había cerca. Cuando llegó, Chisato ya respiraba con más normalidad, estaba dormida. Cuando quitó la toalla de su frente, se dio cuenta de que sus mejillas no estaban ya tan rojas, pero no se podía confiar. Con un poco de miedo, Takina se dispone a despertarla.

-Oye, Chisato... - dice en voz baja, con el tono más amable que pueda, no quería alarmarla. Empezó a sacudir un poco su hombro -Chisato, despierta, te traje algo de comer-.

Poco a poco, la chica de pelo corto empezó a abrir los ojos. Tenía una mirada cansada, pero sus ojos empezaron a brillar apenas vio a Takina sentada mirándola, despertándola.

- ¡Takina! – de pronto, empezó a toser, se notaba que su voz estaba muy mal, tenía probablemente un dolor de garganta insoportable.

-No es necesario que grites Chisato, cuida tu garganta ¿sí? – dijo Takina con una sonrisa. Chisato estaba sorprendida: "Vino a ¿cuidarme...?".

La chica de pelo negro puso la bandeja sobre la cama y agarró el plato hondo con la sopa que hizo.

-Te hice esto. Es ligero y creo que está bastante rico – dijo Takina, un poco tímida.

Chisato la miró, abrió los ojos de la sorpresa y soltó una sonrisa débil, pero sincera.

-Ahora, abre la boca, te hará muy bien a tu garganta – dijo mientras acercaba la cucharada de sopa a la boca de su amiga enferma.

Ella abre la boca y prueba el primer bocado. Cerró los ojos con una sonrisa de alegría: "Está deliciosa por amor a Dios". Parece que se emocionó, pensaba Takina.

-Espero que te haya gustado, hay mucho más – y así, Chisato terminó su sopa sin dudarlo, sí que estaba deliciosa.

Takina dejó la pequeña bandeja con el plato vacío a un lado. Chisato solo la miraba moverse, sus pensamientos eran un desastre. Su dolor de cabeza había bajado un poco, sin Takina, ya estaría muerta, pensaba. Seguía sintiendo la fiebre por todo su cuerpo, pero Takina sacó una pequeña pastilla.

-Toma – dijo dejando la pastilla en la palma de su mano y alcanzándole un baso de agua -Esto te hará mucho mejor-.

Y Chisato solo la tomó sin pensar, quería sentirse mejor, odiaba no poder hacer nada, sentirse de esa manera.

El día transcurrió tranquilamente. Takina no se levantaba de su sitio en el cuarto de Chisato, no la quería dejar sola. Llegó la noche, ambas chicas estaban cansadas, pero al menos Chisato se sentía muchísimo mejor. La fiebre había desaparecido, al igual que la preocupación de Takina. La pelinegro estaba apoyada en sus manos, con los codos a un lado de la cama. Su amiga estaba sentada en su cama, mirando a la cansada Takina tomar un pequeño descanso. Ella estaba segura que mañana ya estaría mucho mejor. Pero, aunque no sea "mañana", eso no la detuvo de empezar su movimiento. Lentamente, acercó su mano en dirección a Takina. Esta se sorprendió, avergonzándose de esos toques con su dedo índice en la mejilla, le estaba haciendo un poco de cariño. Takina, pese a estar roja como un tomate, solo cerró sus ojos, dejando que el cariño siga. Luego, se volvió la mano entera, acariciando su ruborizada cara. Takina lo estaba disfrutando, poco a poco, empezó a relajarse, el sueño estaba tomando posesión de su cuerpo, pero antes de caer rendida, siente un movimiento brusco en la cama. Chisato se levanta un poco de su posición habitual y se acerca rápidamente a Takina, dándole un pequeño beso en la mejilla. Takina se queda inmóvil, paralizada: "Qué acaba de...". Se separó de su cara.

-Gracias... por... cuidarme... - dijo Chisato con dificultad.

El ambiente se quedó en silencio. Ninguna de las chicas sabía que decir. Takina estaba más roja que nunca, avergonzadísima, quería irse, pero a la vez, quería otro. Chisato, estaba gritando internamente, su amiga se veía tan tierna cuando se sonroja y ella, se estaba preguntando a si misma por qué hizo eso de manera tan repentina, el punto era ser mas discreta, además que ella está enferma. Pero de pronto, su boca se movió sola, su alma la obligó.

- ¿Sabes? – dijo de pronto Chisato, con esa voz un poco maltratada, pero cada vez volvía a la normalidad -Si no fuera por mi resfrío, te lo hubiera dado en la boca – siguió con una risa nerviosa, insegura de lo que acababa de decir, intenta arreglarlo -Es bro- – Takina se abalanzó sobre ella. Sus labios se estaban tocando, no importa el resfrío, Takina solo estaba dejando fluir su amor, sus ganas de cuidarla hasta la muerte. El beso fue largo, esa lengua tan juguetona de Chisato intentaba moverse, y Takina, la dejaba. Pronto se separaron.

-La próxima vez, te tocará cuidarme a mí, Chisato -. 

Yo te cuidaré (Chisato x Takina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora