𝑨𝑮𝑹𝑰𝑫𝑼𝑳𝑪𝑬 𝑭𝑨𝑵𝑻𝑨𝑺𝑰𝑨 || Bakugou Katsuki-ᵇⁿʰᵃ

────𝐈

[#]-Mɪᴇᴅᴏ
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—¡Mira mamá! –Una pequeña visitante, señaló a los pequeños niños Nix que saludaban con entusiasmo a los humanos que llegaban– ¡Son hermos@s!

—Ya los ví cielo, vamos a comer y luego puedes ir a jugar con ellos, te parece –Sujeto la mano de la pequeña para llevársela al comedor–

El Santuario de las lagunas, cada día estaba lleno de turistas que llegaban a ver a aquellos bellos espíritus de agua, que los reciban con alegría.

Niños, adolescentes, adulto y ancianos amaban aquellas criaturas, no solo tenían una belleza extraordinaria, si que sus grandes habilidades para la música llamaban la atención de los visitantes.

Las bellas Nixie cantaban para los turistas quienes quedaban maravillados con las bellas voces, y los Nix tocaban algunos instrumentos, mientras que los más pequeños bailaban al ritmo de las canciones.

Los bellos espíritus del agua, se turnaban para salir a saludar a los visitantes. Mientras un grupo estaba en la superficie tocando, cantando y bailando.

Los otros Nix y Nixie se quedaban abajo de las lagunas, las cuales estaba conectadas entre si, pues debajo de la superficie todo era un solo cuerpo de agua.

—¡Ah! Cómo quisiera estar allá arriba –Lloriquio Aria la mejor amiga de Yuta– ¿A ti no Yuta?

—¡Claro que sí! Pero papá dijo que no podíamos subir, hasta que los Cuidadores nos dijeran –Se acercó a su amiga, observando desde abajo a sus compañeros y amigos–

—Supongo que ese, es el precio que hay que pagar por ser tan bellos –Dijo posando como diva y con una cara de dolor–

—Ya deja de burlarte –Pateo a su amiga, haciendo que cayera lentamente hasta el tope–

—De que hablas, no me estoy burlando "Lindo y tierno Pelirrojo" –Dijo cambiando su forma y tratando de imitar a la niña que se acercó a Yuta– ahora que lo pienso, tu nueva noviecita, ya no debería estar por el Santuario.

—¡No es mi novia! Y claro que ya no está, su estadía solo era de tres días –Intento volver atacar a la Nixie, pero está lo esquivo–

—“Ni is mi nivia” –Imito a Yuta, resiviendo un puñetazo en su hombro por parte del pecoso–

—¡Que no lo es! Apenas tengo 10,  aún soy muy pequeño para tener novia –Cruzo sus brazos, volteando su cabeza hacia un lado con el celo fruncido–