La Tercera Guerra Mundial ha hecho que el mundo muestre sus peores facetas. Los países dejaron de darle importancia a su pueblo, y fueron absorbidos por dos facciones primordiales: Occis y Orientis, ambas luchando de manera encarnizada y sin descanso.
A Orientis lo conforman aquellos antiguos territorios, pertenecientes a los cuatro continentes —o lo que quedó de ellos tras el desastre—: África —con sus cuatro ciudades de nombre Al-Zakis, Lisdviz, y Kukombok—, Europa —teniendo esta dos territorios: Virrush y Pocalypse—, Oceania —compuesta por una única ciudad llamada: Saasalars—, y Asia —conformado por la federación Sing-Piome—.
En estos, se permite la pena de muerte a todo aquel que no respete las principales normas y preceptos; es castigado desde el robo hasta un insulto hacia una figura del poder —por más despreciable que esta sea—. Incluso existen pequeñas guerrillas con grandes consecuencias e impactos ambientales catastróficos.
Occis es un poco más... "Flexible". El Imperio de Bastion es lo único que queda, y se extiende por los territorios de lo que antiguamente fueron Estados Unidos y Canadá, hasta la otra punta del globo en el sur argentino. Sin embargo, de ahí se desprenden varias ciudades y todas estas tienen sus problemas. Podemos nombrar a Bellessem, Do Vida Morta, Arca del Señor, y Exilius. Con estas dos últimas al borde del colapso. La primera, por supuesto, mantiene las riendas ante el desastre.
Narcotráfico, prostitución, enfrentamientos entre las últimas ciudades en pie, armas biológicas, y enfermedades. Ni en Occis, ni en Orientis, existe algo que pueda devolver la calma a los últimos despojos humanos.
En Exilius, tu vida no vale ni un centavo, y de ahí surgen los revolucionarios que quieren cambiar de página, siendo silenciados por los bellesianos. Los que consideran que se debe de cambiar el rumbo, mueren jóvenes y de manera horrible.
No obstante, un nombre suena entre las pequeñas comunidades de aquellas tambaleantes naciones emergentes. Un título en español, una leyenda que se denomina a sí mismo como: Cazador.
En este futuro distópico, falseando una utopía imposible, aquel joven intenta cambiar el mundo cada día. Quizá, pensando en derrocar a las esferas de poder, y que el pueblo destruya las inmensas barreras que los separan de esa realidad alterna. Esa vida de vicios tan ajena a quien sufre cada día.
Entre la pobreza, el devenir de la sociedad, y tanta injusticia, muerte y desolación en toda Occis, el Cazador nace como una idea, aquello que unos llamarían justicia y otros mirarían como un asesino en serie, un mercenario, o un falso profeta.
Tras aquella máscara con el rostro de la muerte, la idea de un futuro mejor parece brillar con fuerza, como un grito ahogado, luchando por llegar a la superficie y mostrar que ese título, también está en cada uno de los sobrevivientes. De aquellos que no se rinden con facilidad.
«Todos somos cazadores buscando nuevas presas. Los perseguimos hasta el final, hasta que se agoten, y luego, cuando no puedan dar más batalla, cuando alcancemos nuestros sueños, los lucimos como un trofeo. Pero como cazadores, nos conectamos con estas bestias que llevamos dentro, las que añoran y desean con todas sus fuerzas una sola cosa: libertad» —Cazador.

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Cazador
Science FictionTranscurre el año 2060 y el mundo se encuentra dominado por dos grandes facciones y sus ramificaciones: Occis y Orientis. Encerradas en sus propias ideas y problemas, con sus guerras y revoluciones, las únicas ciudades que sirven como bastiones ante...