Sólo un corte

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Aoi Kanzaki resopló cansada.

¡Esto era una locura!

—Inosuke... Inosuke...

Musitaba ya sin ganas de nada, viéndolo soplar sobre una cuchara de sopa, que más tarde acercó a su boca.

Ella, resignada, abrió sus labios, accediendo a comer. Una vez que tragó, Aoi volvió a ver cómo Inosuke Hashibira, el usuario de su propia respiración, repetía la acción.

Con cuidado, con lentitud... ¡así no era él!

¡Esto era ridículo!

—Inosuke... puedo comer por mí misma, no tienes que hacer... —él acercó de nuevo la cuchara; ella comió y tragó—. No tienes que hacer esto. En serio.

Él la ignoró, siguió alimentándola a pesar de que Aoi podía usar sus manos perfectamente.

—Inosuke —lo llamó de nuevo, pero el plato ahora estaba vacío.

—Iré por algo de agua, espera aquí —ordenó corriendo afuera de la habitación.

—Pero... sí sólo fue un pequeño corte —musitó viendo sus piernas, y más precisamente su pie izquierdo, vendado.

Esta mañana, Aoi había estado caminando descalza (debido al calor) cuando de pronto gritó fuerte, alarmando a toda la finca.

Para cuando todos vieron qué había pasado, Inosuke fue el primero en actuar, cargándola y llevándola a la oficina de Shinobu Kochō, quien entró poco después sacando a Inosuke de ahí, atendido la herida que Aoi se había hecho al pisar por error una de las katanas de Inosuke; al parecer fue un pequeño descuido ocurrido por las ansias del chico de querer comer, olvidándose de donde dejó sus valiosas armas no del todo bien cubiertas con las vendas.

Shinobu, Tanjiro y Zenitsu reprendieron con dureza al chico, que aceptó todas y cada una de las palabras que se le dijeron, pero Aoi sólo se alegraba de haber sido ella y no alguna de las niñas. Cosa por la que Inosuke también se sintió mal.

Aoi había estado descansando en su cuarto, aburridísima, cuando de pronto Inosuke entró con un plato de sopa y se aferró a querer dársela por sí mismo.

»Yo te herí, así que debo cuidarte. Ahora di "ah".

A decir verdad, el corte ni siquiera había sido profundo. Seguro en 2 días ya estaría caminando otra vez.

Y ojalá así fuese porque era MUY incómodo tener que decirle a Inosuke que podía ayudarla, cargándola hasta el baño. Para luego pedirle (o más bien gritarle) que se alejase hasta donde no pudiese percibir lo que ella estuviese haciendo, y así Aoi pudiese hacer sus necesidades en paz.

—¡Aquí está el agua! —gritó corriendo de vuelta al cuarto de Aoi, entrando casi tropezándose, extendiéndole el vaso.

—Gracias, Inosuke —dijo ella recibiendo el trasto sorprendiéndose de que siguiese lleno, bebiendo con cuidado y lento hasta acabársela.

—¿Necesitas algo más? —preguntó recibiendo de vuelta el vaso, dejándolo en el buró a un lado de su cama—. ¿Quieres que te ayudes a acomodarte? ¿Abro las ventanas? ¿Necesitas más de esa medicina?

Verlo siendo tan servicial le daba escalofríos a Aoi. Tantas atenciones juntas y saber que todo era motivado por la culpa, hizo que ella quisiera saltar por su ventana.

—¿O quieres que ir al baño otra vez?

—Inosuke...

—¿Qué tal unas bolas de arroz?

—Inosuke...

—Tal vez pueda ir a comprar un pescado al pueblo, ¿te gustan los pescados?

—¡Inosuke!

—¡¿Qué?!

A ella le removió el corazón verlo tan alterado. Era obvio que se sentía muy culpable.

—Ven. Quiero que te sientes a mi lado.

—Pero...

—¡Qué vengas! —espetó fuerte, haciéndolo obedecer. Una vez que lo tuvo al lado, ella le tomó una de sus manos, apretándola con fuerza, queriendo darle algo de ánimo—. Fue un accidente, y te disculpo. Gracias por cuidar de mí; lo valoro.

Mirándola con ese tierno gesto de tristeza, él iba a hablar, pero ella le tapó la boca con su otra mano.

—Ahora quiero que te quedes conmigo. Acuéstate a mi lado —le susurró liberando su boca, peinándole su flequillo—. Así te diré si necesito algo más.

—E-está bien.

Ambos se acostaron, el uno junto al otro. Aoi no soltó la mano de Inosuke, y él no hizo nada para cambiar eso.

—Aoi —susurró Inosuke.

—¿Mmm?

—Lo siento.

Ella cerró sus ojos pegó su nariz a su fornido pecho sin ninguna intención maliciosa, produciéndole un estremecimiento.

—Estaré bien —le susurró, queriendo calmarlo; incluso le dio un suave apretón a su mano—. Estaré bien.

—FIN—

🆂🅾🅻🅾 🆄🅽 🅲🅾🆁🆃🅴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora