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La noche fría y solemne dentro de la Segunda casa de la Familia Theerapanyakul, lo cual indicaba que las cosas dentro de aquellos integrantes no andaban para nada bien, a pesar de que el silencio abordaba dentro de cada pasillo, no quería decir que no se encontrara nadie adentro. Al contrario todos los integrantes se encontraban adentro, así como todos sus debidos subordinados se encontraban rodeando cada esquina de la casa como siempre manteniendo la vigilancia sin importar la hora que fuera, pero todos se encontraban sin poder mover un solo músculo e inclusive temían que sus respiraciones fueran demaciado fuertes o rapidas para que pudieran sentirlas en ese momento.
Pero aquel silencio solo pudo durar unos cuantos minutos antes de que todo dentro de la sala en la que se encontraban los integrantes de la familia se volviera un completo desastre.
El estallido de los objetos rompiéndose dentro de la sala, se pudo escuchar alarmando a todos los subordinados, pero solo dos de ellos fueron quienes tomaron su valentía y se acercaron hasta la sala de estar para inspeccionar que el alboroto ocasionado fuera obra de los mismos integrantes a los cuales ellos servían fielmente y no porque algún enemigo se hubiera podido infiltrar entre su guardia.
— ¡¡No lo pienso aceptar!! — el grito ensordecedor del hijo mayor de la segunda familia detuvo cualquier andar de los subordinados enfrente a la puerta de la sala de estar.
— ¡¡Tienes que hacerlo, te guste o no Vegas!! — aquella respuesta le hizo saber a todos que el desastre de la sala no era el único desastre el cual después deberían de limpiar.
Siempre cuando padre e hijo mayor se enfrentaban y el hombre mayor obligaba a su hijo mayor hacer algo de lo que él no se encontraba de acuerdo, la sala como el comedor y el propio cuarto del hijo mayor debería de ser totalmente remodelado por el desastre que realizaba el mayor de los hijos, al desahogar su ira.
— ¡¡No lo haré, me niego a aceptarlo!! — ante aquella negación un fuerte estallido volvió a sonar, pero esta vez no fue ningún objeto el que se estrelló entre el suelo o las paredes de la sala de estar, sino la misma palma de la mano del hombre mayor que discutía con su hijo al haberle propinado una fuerte cachetada, como aquellas a las que todos los guardaespaldas dentro de la casa de la segunda familia estaban más que acostumbrados a escuchar en cada discusión.
— La decisión está tomada, Vegas y no hay vuelta atrás — la feroz voz del Señor Kan no solo entumeció el cuerpo estático de los subordinados fuera de la sala de estar sino también el de sus propios hijos, quienes eran los que la escuchaban, pero en vez de escuchar como su hijo mayor Vegas aceptaba forzosamente lo que su padre le estuviera pidiendo como siempre en cada pedido de su padre agachando su cabeza, se escuchó la voz de Vegas en completa negación.
— No lo aceptaré, Pha — se negó una vez más Vegas y aunque no estuviera gritando se podía identificar la furia entre sus palabras además de la frustración — pero si lo haces, no dudes que será su fin inmediatamente en que se encuentre dentro de esta casa — aquella amenaza no solo disgusto a su padre al escucharla sino que provocó una fea sensación en el cuerpo de su hermano menor, así como lograba hacer que el cuerpo de uno de entre los subordinados que se encontraba a fuera de la sala escuchando aquella conversación se llenara de ira.
Todos en aquella casa sabían el motivo exacto por el cual ambos integrantes se encontraban discutiendo fuertemente, así que no se les hacía difícil comprender la furia del hijo mayor al conocerlo perfectamente como lo conocían, después de todo un hijo no era una broma que se pudiera hacer y tomar a la ligera, ni mucho menos aceptar cuando no era deseado.
El Señor Kan ahora que tenía a su hijo mayor hecho todo un adulto necesitaba que diera frutos, no solo en su trabajo porque por el momento todo andaba perfectamente de maravilla sino tomabien necesitaba que le diera alguien que asumiera la sucesión.
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Encontrándote otra vez papá - [VegasPete]
FanfictionPete, a pesar de que es uno de los mejores guardaespaldas de la segunda familia, es asignado prioritariamente a resguardar la vida del primer nieto del hijo mayor de la cabeza de la segunda familia, logrando así no solo que aquel pequeño bebé se enc...