Un Amor Prohibido E Inesperado.(1).

Capítulo 26.

Rebeka Davis.

___¡joder! muñeco ya quitame esta tortura de tener que estar afuera de tu oficina sonriendo como una estúpida a toda la gente repartiendo tickers para que se animen a pasar—Le digo al chico en un tono tratando de sonar lo más sexy posible.

——Pues no niña mejor Eso lo hubieses pensado antes de chocar mi coche—Dice en un tono muy exigente.

——Lo siento mucho—¿qué puedo hacer?—ya han pasado varios días en los que he estado trabando de repartidora de tickers afuera de la empresa aguantando el calor que provoca el sol por favor ten piedad y misericordia de mi -Le suplico.

—¡Por Dios! niña callate ya me tienes harto, en vez de Tanto hablar mejor apresurate porque te recuerdo que te falta otra caja de otros cien tickers para entregar el día de hoy—me vacila luego coge la caja que contiene los malditos tickers y me la pasa.

____uff—susurro demasiado enfadada—luego le arrebato con furia los tickers de sus preciosas manos—es increíble hasta sus manos son preciosas—parece tallado por los mismísimos Dioses Griegos.

—Ah y por cierto antes que se me olvide, después que entreges eso ve a la cafetería y pide un café con leche y un sandwich de Jamón para el desayuno.—Ordena.

——Pues te informo qué no me gusta el jamon así que lo voy a pedir de Pollo—Le digo volteando
los ojos.

—Como que la qué no esta comprendiendo eres tú, a mi no me importa en lo absoluto si a ti te gusta o no el sandwich de Jamon porque es mi desayuno y el que se lo va comer soy yo—Responde.

—¿Que? bromeas cierto—Le respondo demasiado indignada.

——Tienes que estar segura que no, yo no soy de bromas estúpidas a estas alturas y llevando varios días trabajando para mi como tu dices tienes que saber que no soy así simplemente estoy dándote una orden y la tienes que cumplir niña berrinchuda o mejor dicho inmadura—Me dice en un tono irritante.

——Que demonios te has creído bestia salvaje como acabas de llamarme, haber repite lo último que dijiste—Le reclamo dando una patada al escritorio de su oficina -Lo cual provoca qué me duela mucho pero no le doy a demostrár al muy descarado.

——Haber te lo voy a repetir, dije que eres una niña insoportable, berrinchuda y sobre todo muy inmadura a pesar de tener casi dieciocho años. -Me vacila.
——Pues fijate que a lo contrario soy mas madura que tu a pesar de que soy menor que tu, porque por lo menos tengo algo que se llama humanidad y compasión por las demás personas porque yo no las dejaría aguantar hambre como tu lo haces conmigo.—Le digo dándole un medio empujón.

——Pues si aguantas hambre no es mi culpa, ya me canse de repetirlo desayuna en casa y así no aguantaras hambre.—Dice volcando los ojos tan perfectos que tiene.

____Todavía tienes el descaro de burlarte de mi, sabes que me ordenas estar aquí a las 6 de la mañana no me queda tiempo y sabes una cosa mejor hare algo te voy a demandar porque por tu culpa estoy hechando a perder mi lindo y perfecto cuerpo ya que no me estoy alimentando bien —le grito muy enfadada.