🔜Historia editada.
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Sofía Gutiérrez es una artesana latina que viaja a Japón para investigar sobre los gorriones petrificados y al misterioso creador. Pero luego de un día de llegar y conocer a un curioso adolescente, ambos t...
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Sofía
...
Lo primero que vi al llegar, fue una choza, ni muy vistosa ni muy pequeña, el tamaño suficiente para tres personas, creo, ademas estaba en una estructura que la suspendía un par de metros del suelo, posiblemente para evitar insectos u animales.
Lo siguiente fue muy random.
Antes de siquiera acercarme, por curiosidad, al puente colgante que separaba a la pequeña isla de pobladores, dos jóvenes con lanzas intentaron apuñalarme, por suerte, Kohaku reacciono a tiempo y los detuvo hábilmente.
Tuve que aplaudir ante su agilidad.
Luego de que calmara ambos hermanos, Kinro y Ginro, cuyos nombres se me hicieron muy curiosos, ambos se alejaron con la advertencia de que no dejarían pasar a extraños.
Menos a "hechiceros".
Lo que asumí se refería a mis conocimientos supuestamente más avanzados que los suyos, pues no tarde en sacar conclusiones de que no eran tan avanzados como yo u otras personas. La pequeña Suika y su amiga solo lo confirmaron al señalar mi pequeña muestra de ciencia -que es más una enseñanza vieja heredada de mi abuelo- como magia.
Ok, entonces no conocen las mismas cosas que yo... bien, bien, eso significa que de alguna forma la humanidad se ¿reseteo? Empezaron de cero... ¿cómo?
Me dolía la cabeza ante tantas dudas sin respuestas.
Seguí a Kohaku hacia la choza del "hechicero". Kohaku me había dicho su razón de traerme a la aldea; era fuerte y una hechicera. Simple y directo. Aunque la "hechiceria" no le gustara para nada a ella y por lo visto a los lugareños, puede que termine sirviendo para algo según sus palabras.
Sin embargo, mis instintos me dicen que hay otra razón más, pero prefiero no indagar mucho, lo que a mi concierne, esto es bastante beneficioso para mi. Con un pseudo científico podríamos descubrir la causa correcta de los petrificados y como avanzar.
Y tal vez traer de vuelta a todos.
Con aquella meta en mente, erguida y con el mentón en alto camine hacia mi destino, confiada en que ese cientifico y yo podremos descubrir este gran misterio que envuelve el mundo, traer la cura -si es que hay- y presenciar el despertar del nuevo mundo ¡en este mundo de piedra!
...
¿Eh?
¿Eh?
Pero-- Es solo un pendejo jugando con fuego. La decepción en mi cara debió haberle causado gracia a Kohaku, porque no dejo de reír en el suelo, mientras el joven Chrome se quejaba de sus burlas.
Tome aire lo mas profundo que pude, bueno, no es lo que esperaba pero- ¡¿a quién engaño?! ¡esto es decepcionante!
No hay forma que mis habilidades como artesana sirvan si no tengo idea de qué hacer.