Ahora entiendo porque a pesar de todo nunca me gustaste como una pareja, es que tu no podías serlo, después de resultar ser igual a todos.
Decías entenderme, comprenderme, conocerme, pero realmente nunca lo hiciste. Nunca conociste mi pasado, y para...
"... Tan solo de pensar en cuanto duele, se me van las ganas..."
Te enojaste conmigo, solo porque no compartía tu misma idea, pero esta vez yo no buscaría la forma de arreglar las cosas y mucho menos me disculparía por pensar de una manera diferente.
Por eso dije:
"... esa es mi opinión y no pienso cambiarla, ni por ti, ni por nadie, de hecho, ya estoy cansada de quieras controlar hasta mis pensamientos, es mi vida y yo decido que hacer con ella..."
Y eso fue el final de esa conversación, porque me desconecté y no volví a hablarte hasta después de unos días. Si, era muy tonta porque a pesar todo siempre volvía a ti.
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