Se podía ver en el lugar humo,cenizas y Una luz de color rojo alumbrando en el lugar, dos niñas, una niña de cabello rosa que llevaba de la mano a una niña más pequeña de cabello azul mientras caminaban lentamente miraron como una persona con armadura de color negro y toques naranjas golpeaba con la parte trasera de su rifle a una persona.
La niña de cabello rosa al ver eso aceleró el paso junto con su hermana encontrándose Con una gran cantidad de cadáveres de personas que habían Sido fusiladas por los hombres uniformados llamados vigilantes la más pequeña de las niñas cubriría sus ojos con su mano.
Siguieron caminando encontrándose está vez con una montaña de cadáveres de vigilantes con algunas extremidades regadas por el suelo, la niña de pelo rosa Al ver la grotesca escena solo desviaría la mirada con asco y miedo para seguir adelante.
La más pequeña caminaba con sus ojos cubiertos siendo guiada por su hermana Pero al sentir como su hermana paraba en seco la peliazul lentamente abriría sus ojos encontrándose con los cuerpos sin vida de sus padres, la pelirosa lo único que pudo hacer fue caer de rodillas y llorar mientras era abrazada por su pequeña hermana.
Pero de pronto escucharían la voz de alguien al voltear a ver se encontraron con un chico peliverde que parecía ser más grande que ellas acercándose a uno de los vigilantes que parecía aún estar con vida sin notar la percensia de las niñas.
Izuku: hijo de perra- dijo molesto -¿Que te pareció? lo arruinaron todo ¡¡SUCIO Y ESTÚPIDO HIJO DE PERRA!!- dijo pateando al uniformado-
El peliverde seguía pateando y golpeando con todas sus fuerzas al vigilante mientras le insultaba y se burlaba del hombre hasta que un hombre grande puso la mano en su hombro indicándole que se detuviera, el peliverde de mala gana asepto y comenzó a retirarse hasta que ambos notaron como las dos niñas los miraban.
El peliverde miró como el imponente hombre se acercó a las niñas luego de algunos segundos el hombre tomaría a las niñas en brazos para luego dirigirse al peliverde y decir.
Vander: vámonos- sin más comenzó a retirarse con las niñas en brazos-
El peliverde dió un suspiro para luego sacar de su bolsillo una cajetilla de cigarros Y prender uno, después de una fumada el peliverde camino con algo de rapidez para alcanzarlo, estando detrás de este miro cómo la niña más pequeña lo miraba con algo de cansancio este cambio su semblante serio por una gran sonrisa haciendo que la niña Diera una débil sonrisa y caer dormida.
Al verla dormida la sonrisa decayó por un rostro serio, abatido y triste, gente buena avía muerto y lo más probable es que los padres de esas niñas también, este daría vuelta para ver qué sobre el humo se miraba una hermosa ciudad que el peliverde miró con algo de molestia sin percatarse que la niña pelirosa hacia lo mismo.
Fin de Prólogo . . . . . . . . . Adiós!!!
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