Dulce bum

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—¿Me lo regalas? ¡Gracias!

Mitsuri da saltitos muy alegre mientras recibe la chupeta de Shinobu, quien le sonreía.

—Makomo-chan ¿quieres algo?

—Chocolate.

—Deberías comer algo más que chocolate ¿sabes?

—Quiero chocolate.

La de ojos azules le brindó una linda sonrisa a Shinobu, quien no pudo decirle nada más.

—No se vale que seas tan linda.

Luego de que Shinobu le ofreciera el chocolate, tardó más en destaparlo que en comerlo.

—Espero que Ébano-san no me regañe por darte chocolate...

Ellas dos tenían la misma edad, la de pelo rosado era la mayor del trío por tres años.

—¿Quiénes van a jugar?

Con el dulce en la boca, Mitsuri camina junto al dúo de personitas (eran bajitas en comparación a ella).

—Sabito, Giyuu, Kyojuro y otros que no recuerdo, contra Sanemi, Obanai, el tipo raro, esto... el hermano de Ume-san, y otros que son de su bola.

—¿No son ambos equipos algo...? —Makomo frunce el ceño al decirlo.

—Seguro se darán duro, Sanemi parece tenerle alguna clase de odio a Giyuu. —dice Shinobu para luego alzar sus hombros.

—Yo los había visto juntos ¿se llevarán mal? —Mitsuri preguntó.

—Quien sabe...

Shinobu empezó a ver los alrededores de la cancha donde iban a jugar los dos equipos mencionados.

—¡Apuesto por Rengoku! ¡Todo a Sanemi!

Los gritos de contradictorios de un estudiante llaman su atención.

—Cienmil por Sabito, bien, bien. ¡Cuatrocientos mil por Sanemi!

—Uzui-san, no deberían apostar...

—Tranquila, Kaichou. Esto va para una fundación.

—¿Es así?

—La fundación Papi Uzui ¡por supuesto!

El estudiante de pelo argento rio fuertemente, lo cual fue castigo por una joven que estaba detrás suyo.

—Tengen, cállate. Discúlpalo Kochou-kaichou.

—No, no hay problema.

Quien hablaba con la joven Hinatsuru era Kanae, hermana de Shinobu y presidenta del consejo estudiantil.

—Oh, Mitsuri. ¿Nos puedes ayudar con esto?

La de pelo rosado, siendo solicitada por un compañero, fue hacia él y le ayudó a cargar una de las vallas de protección que se destinaban para las ventanas del salón de arte, pero por si acaso dejó su chupeta, nuevamente envuelta en su envoltorio, en la mesa donde Tengen recogía las apuestas.

Se dio la vuelta y fue a ayudar.

En esa mismo instante uno de los estudiantes que iba a jugar se acercó a la mesa y sin dudarlo ni un momento se echó el dulce que era de Mitsuri a la boca.

—Uzui ¿Qué dijo la rata negra del balón?

—Giyuu dijo que Urokodaki-sensei ya le permitió.

—Bien.

El joven estudiante estaba usando tapabocas y se lo bajó únicamente para echarse el dulce a la boca, dejando el palito de este sobresaliendo por su nariz.

Dulce bum - ObaMitsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora