Buscando un novio para papá [•DioJona•]

Capítulo ocho

Luego de algunos minutos, el peliazul regreso con ambos

– Enserio, limpia todo esto, Giorno no puede vivir en estas condiciones y más si tomas a menudo... por lo tanto, iremos al parque, cuando regresemos, quiero que todo esto ya esté limpio y se pueda percibir un olor a rosas y cubriria levemente los oídos del menor– no ha culos borrachos

Dicho eso, el peliazul se iría junto con el menor, dejando al rubio sorprendido

– Woow... ¡Si que es alguien bastante mandón! –Kira hablaría a la vez que veía a los demás, los cuales parecían loquitos del centro combinado con un borracho– Bueno, se me hace tarde para ira trabajar, hasta luego, nos veremos en otra reunión, oh lo que sea

Después de que Kira se fuera, Dio procedió a cerrar las puertas de su casa y cualquier lugar en donde pudieran salir, pues los obligaría a limpiar el desastre que habían hecho

Mientras tanto, con Jonathan

– ¡Ahh! ¡Si tan solo Dea y Diego no se hubieran ido! Esa casa era un asco en cuanto al olor... –Jonathan reclamaba a la vez que veía al menor, quien estaba jugando en una especie de "arenero"– La casa de tu padre es un completo desastre... Espero poder visitarte cuando vivas con él, no quisiera que por sus influencias te convirtieras en un mafioso, o algo...

El menor simplemente lo ignoraba, pues no entendía muchas de las palabras que estaba diciendo, por lo que solo se dedicaba a construir pequeños castillos de arena para posteriormente destruirlos, por lo que el peliazul solo suspiro para ver su celular

– Ya casi se acerca Halloween, ¡Y los niños aún no han visto nada de eso! Lo van a dejar a última hora, como siempre... ¡Ahhgg! Hay muchas cosas por hacer –Se quejaría en voz alta, haciendo que varias madres lo vieran de una forma extrañada, a la vez que empezaban a alejarse lentamente con sus hijos.

Estaría unos minutos viendo al menor mientras que de vez en cuando veía su celular

– Giorno, ya es hora de irnos, probablemente tu padre ya terminó de limpiar... ¿Giorno?– Se le quedaria viendo al menor, pues este no parecia reaccionar, como si algo se lo impediera, por lo que, tuvo que acercarse a el para poder cargarlo– Estas temblando, ¿Sucede algo? –Trataría de hacer que el menor lo viera, pero este seguía sin "reaccionar" y solo miraba hacia el frente, por lo que decidió mirar en la misma dirección, encontrándose con una mirada bastante penetrante y aterradora– Oh santa mierda, no mires, no mires

Con una de sus manos cubriria la mirada del menor para empezar a caminar de regreso a la casa de Dio, su paso era algo veloz, pues sabia que si llegaba a correr, seria peor, empezaria a maldecir dentro de si mismo por irse a un parque que quedaba algo lejos de la casa de el rubio. A pesar de que su paso era bastante rápido, sentía como aquella persona aun lo seguía, pues había veces que la presencia de esta era mayor.

Poco a poco, las calles se empezaron a quedar cada vez más solitarias (aún si era temprano), el peliazul estaba a punto de entrar en pánico, pues no quería hacerle daño a nadie, y menos si era una mujer, pues en poco tiempo habría notado que aquella presencia era femenina, y pues con más razón no quería dañar a nadie; mayormente en esos casos Abbacchio o Avdol eran los que se le hacían frente a quienes los estuvieran "persiguiendo" a la vez que Bruno, Joseph y él se llevaban a los niños, pero, ahora el se encontraba solo y sabía que aquella mujer no traía buenas intenciones. Trato de calmarse para empezar a correr, corrió durante varios minutos, aunque él sentía que fueron horas, pero, finalmente llegó a la "mansión" de Dio, que, para su suerte, sus amigos y él estaban apenas saliendo de la casa

– ¿Y-ya tienes la casa en perfectas condiciones? –Jonathan diría a la vez que se acercaba a ellos, trataba de lucir calmado, pues aquella persona ya se había ocultado o la habían perdido