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SENGOKU

Había pasado ya un mes desde su partida y aún podía sentir su sabor, y la tibieza de su boca sobre la suya. Llevó sus dedos hacia el lugar en un intento de revivir el momento. Había sido un breve contacto, pero había bastado para verter los sentimientos de ambos en ese instante. No tenía la más mínima duda de que era correspondido. Le había tomado todos estos años poder reunir el valor de mostrar sus sentimientos y ahora que su mente estaba inundada de la mayor claridad, que su cuerpo estaba más en sincronía con sus sentimientos...la perdia.

Encontraba un poco de alivio en la certeza de que estaba a salvo. Que los peligros de su mundo no podían alcanzarla ahora, pero ese alivio solo duraba unos minutos hasta que recordaba que el mundo de ella no necesitaba de youkais y seres sobrenaturales para ser peligrosos, recordó los extraños aromas de las carrozas de metal, unas casi tan rápidas como él, las extrañas herramientas con las que construían sus chozas y palacios. Y el inconfundible aroma de los machos que descaradamente despedían cuando iba al lado de ella por la calle. Entonces la rabia e impotencia se apoderaba de él y las maldiciones no se hacían esperar.

Desde que Kagome se había marchado era atraído por los lugares donde su aroma se encontraba más presente, el pozo devora huesos y el Goshinboku donde se dirigía ahora eran los que más contaban con rastros de su esencia. Siempre que sus amigos no lo molestaran o necesitaran su ayuda su rutina no variaba, visitaba rigurosamente el pozo devora huesos cada tres días, sabía que solo tenía dos posibilidades de volver a verla, una de ellas era que mágicamente el pozo se abriera y le permitiera cruzar, había pensado largo y tendido sobre esa posibilidad y estaba seguro de su decisión. Si la oportunidad se presentara no dudaría en saltar sin importar si no podría volver al Sengoku. Lo había hablado con Miroku y Sango a quien les había encomendado el cuidado de Shippo, quien fue el primero en darle permiso.

-Inicio de Flashback-

Les había platicado su plan durante una de las cenas en la choza de la anciana Kaede.

-¿Estás seguro que es lo que quieres InuYasha? -le preguntó un preocupado Miroku. El solo asintió.

-Está en nuestra sangre - dijo Shippo atrayendo la sorprendida mirada de todos. El solo le sonrió agradeciendo su aprobación con aquellas simples palabras.

Sango intervino al ver que no deseaba dar más explicaciones dirigiendo su aplicación a su prometido y la anciana Kaede.

-InuYasha claramente ha tomado una decisión, ha elegido a Kagome como su compañera -luchando con su sonrojo solo asintió - aunque la mitad de su sangre es Youkai, es Inu, y los Inu Youkai, una vez que hacen la elección de su pareja se unen a ella para siempre. Tomada la decisión su instinto no les permite reclamar a ninguna otra hembra incluso tras la muerte de su elegida.

Miroku y Kaede soltaron un suspiro de asombro ante la información.

Él se limitó a salir de la choza para no dar más explicaciones. No podía estar más claro el origen de su decisión.

-Fin de Flashback-

La segunda opción era la que más le aterraba pero estaba decidido a lograr si no se cumplía la primera. Se mantendría con vida, la esperaría el tiempo que fuera necesario, hasta que sus tiempos pudieran coincidir nuevamente. Podía hacerlo, después de todo Sesshomaru tenía miles de años y él solo tenía que esperar 500.

Brincó hacia su rama favorita del Goshinboku y mirando hacia la luna llena de esa noche, inició la espera.

FUTURO

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