Capítulo 16

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"Celeste está en la tierra y yo estoy en las nubes"

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La nieve estaba ausente, luz de la luna era nueva, blanquecina y radiante; sublime. Abrazaba cada esquina de los techos quién llenaban cada espacio de ellos hasta el punto de su final, por más que brillaba, en la nieve, tenía su tono totalmente brillante; cómo escarchas siendo esparcidas por el lugar. El cielo azul oscuro reflejaba la luna a través de la ventana, aunque a veces ella se escondía; era temerosa, tímida al ser vista muriendo el invierno. Tenía a las estrellas quien sobresalían en ser una decoración sobrenatural, preciosa. En el exterior se vivía la experiencia de niños, muy lejos de su hogar, se podía visualizar a sus vecinos quienes jugaban en los campos secos pero aún frios a tal horas de la noche; aunque eran apenas las siete de la noche, sin embargo, él no podía verlos, más recordaba que hace rato, estaban escabulléndose de su madre para salir; eran vagos recuerdos que le traían, ciertamente, a su niñez.

La brisa era espesa, abrazando sus facciones de una manera cálida y para nada aviva. No se había percatado de cómo veía hacia la ventana, mientras se fumaba un tabaco, era más bien la puerta ventanal que daba paso a alzando su balcon, aunque para su mente siempre la había llamado de esa forma. Sus ojos tenían un iris, sublime, arrancado de los mismos arcángeles en una primavera, tal como siempre su madre le decía. Poseían poder, superioridad y belleza; el camino directo a descubrir su alma. Seguía intentando pensar cuando inhalaba una calada del tabaco, cerrando sus ojos, intentando que esa calada tratara de calmar sus músculos tensos, su espalda. Apretó sus labios y la brisa cesó, inquietante.

Estaba apunto de volverse loco, loco de amor.

Por fuera de la habitación principal, hacia la casa con algunas luces prendidas y otras apagadas, sin embargo, si bajaba las escaleras se podía visualizar lo que sería la gran cocina; iluminada en tonos blancos y el café tentaba a ser preparado, llenando el lugar del vapor a cacao; la radio estaba a unos metros, en la misma isla de la cocina; a un lado donde se encontraba la licuadora, todo con una palera de cafe, beige y blanco.

El café seguía colando, la cocina brillaba, había cambiado el agua una planta que se encontraba en la esquina de la isla; una planta japonesa de la suerte. Mientras se reproducía car's outside de James Arthur.

Tenía su celular desbloqueado, terminando de textear en notas. Mientras llevaba consigo un atuendo beige y blanco, totalmente cubierto llevando un gorro tejido y una bufanda blanca con bordados en forma de cerezas, mientras la canción se reproducía.

Se reproducía la melodía y en sus brazos vivía su entera razón de existir. Mientras acariciaba sus cabellos, su cabeza recostada en su pecho y la cangurera la hacía permanecer pegado a él; a su vil hogar de sueños y su fuente de amor. El mismo fuente amor que hacía de Harry expresarse en las notas.

Podía leer sus notas con la mente, mientras la casa se perfumaba de cacao, estaba caminando por la cocina para hacerla dormir en su pecho, mientras tarareaba la canción, mientras que con sus dedos anulares tocaba sus redordetes mejillas pálidas y rojizas por el frío invierno, estaba encantado de estar siendo espectador de su hermosa creación.

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⏰ Última actualización: Aug 15, 2023 ⏰

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