Mirando la luna me acordé de ti y de cómo me miraste bajo las mil estrellas que parpadeaban al compás de nuestro corazón latir.
Me puse de puntillas y sentí tú y la luna no estaban tan lejos de mi.
Si la alcanzo y la pongo en un frasco para tenerla en mis brazos, tal vez sienta que eres tú dándome un abrazo.
Y si la tengo en mis manos, tal vez pueda recordar lo que se siente que me digas te amo.
Me estiré y salté.
También intenté atraparla lanzando un hilo color café, pero no tuve éxito con ninguna de las tres.
Después de mirar la luna brillar bajo mi piel e intentar tomarla en mis dedos, me di cuenta de que en realidad si estaba demasiado lejos y que no habría manera de tenerte de nuevo un enero.
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Gira(sol)es entrando por tu ventana
PoetryEscritos sin dirección que entrarán a tu corazón. O no.