-Pff, me tiemblan las piernas- dice Martina
Estamos en la cola de una farmacia del centro de Madrid para comprar el test de embarazo, nos hemos ido a una en la que no nos conozca nadie. Sólo queda una señora delante nuestro y nos toca.
- Martina, tranquila tía, no te va a poner ninguna cara
- Buenos días chicas, ¿qué queréis?
-Pues que..queremos un t...testdeembarazo- dice Martina un tanto nerviosa
-No te he entendido- nos mira la dependienta
- Un t..
- Un test de embarazo, eso queremos- digo yo al fin. Martina me mira gesticulando un gracias y yo la respondo guiñandola un ojo.
En pocos segundos la dependienta está de vuelta con una cajita en la mano.
- ¿ Cuanto le debemos?- Nada, bastante es la angustia que se os ve en la cara, tomaroslo como un regalo de la casa- nos responde y se va a atender a otro cliente.
Al llegar a casa de Martina llamamos a los chicos y les contamos que ya lo habíamos comprado. Quedamos en que se hiciese la prueba mañana por la mañana y yo me quedase a dormir a su casa.
-Venga Marta, despierta- noto golpes en mi cara. Es Martina, tiene una cara horrible, de no haber dormido en toda la noche.
- ¿Estás preparada? Pase lo que pase me tienes a mí y ahora a ellos también.
Mi amiga se mete en el baño y al cabo de cinco minutos sale:
- Toma míralo tu por favor- me lo entrega nerviosa
-¿Qué se supone que tiene que salir?- pregunto
-Si salen una raya es que sí, si salen dos no.
Mierda, no puede estar pasando.