3

446 49 2
                                    

Chenle se sentía triste, hace poco había rescatado un perrito que estaba cerca de su casa, a pesar de que JiSung se molestó él lo siguió cuidando, pero días después de enfermó y acababa de fallecer tras varios días de ir y venir al hospital y tras pasar varias cosas.

HaeChan se acercó al columpio y se sentó a su lado, acarició su hombro.

—Cony te quiso mientras aún vivía, lo cuidaste muy bien.

—Ya había planeado una vida con él...

—Lo sé Lele, pero no fue algo que puedes controlar.

—Yo lo amaba...

HaeChan siguió acariciando su hombros hasta que recordó a la pareja de su amigo.

—¿Y JiSung?

—No lo sé, el día que falleció Cony no llegó a la casa, Lily me llamó y me dijo que estaba en su oficina.

—¿No has pensado en divorciarte, Lele?

—No... tampoco quiero, sé que Sung me ama, solo está ocupado.

—Lele, ese amor no da para más.

—No digas eso Hae, nosotros nos amamos, solo es un pequeño problema...

—Si así lo dices.

Siguió consolándolo hasta que la pareja del mayor llegó a recogerlos al parque. Se saludaron y fueron hacia el trabajo de Chenle para que siga con su turno.

Agradeció y se metió a la tienda, NingNing lo saludó nuevamente y siguió con sus cosas. Justo la campana sonó haciendo dar a entender un nuevo cliente.

—¡Lele! —saludó Jeno, estiró sus brazos para rodearlo en un abrazo.

—Oh... Jeno hyung ¿Cómo está? —su mejilla chocó contra el pecho del mayor en una posición incómodo ya que lo estaba jalando literal— Hyung, me lastima...

—Oh, lo siento bebé —fue soltado y se acomodó en su lugar—. Estoy bien Lele ¿Cómo estás tú?

—Más o menos, hace poco falleció mi mascota...

—Ouh Lele, lo lamento mucho.

—No se preocupe hyung, estoy intentando reponerme de mi perdida ¿Qué va a llevar hoy?

—Lo mismo de siempre por favor Lele.

Asintió y comenzó a servir su café, Jeno era un cliente recurrente así que ya eran como amigos, el mayor siempre lo consentía con regalos o dulces sin que se lo pidiera y estaba muy agradecido con él.

—Aquí tienen hyung.

—Gracias Lele, aquí tienes.

Se le fue extendido el dinero y ambos se despidieron ya que Jeno tenía que volver a su trabajo.  La tarde pasó y llegó la hora de cerrar, se despidió de su compañera y caminó hacia su hotel.

Una vez ahí caminó hacia su cuarto y pudo ver un bulto entre las sábanas, se acercó y era su pareja quien estaba durmiendo. Despejó algunos cabellos de su rostro y lo acarició.

—¿Me sigues amando Sung?

Suspiró y fue por su pijama para cambiarse, se metió al baño a cambiar, tomó una almohada y fue a la sala para dormir en el sillón.

Un mensaje llegó.

Jeno hyung

Duerme bien, ángel.

Sonrió.

matrimonio joven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora