1~ Bienvenidos a Poniente.

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Luego de pasar muchos años, Daemon regreso a Poniente junto a su heredero y esposa actual.

— Aemma, otra vez hueles a dragón!

— Ay mama... no es para tanto, ademas ya pude ver a Driftmark a lo lejos.— dice felizmente y Rhaenyra se tensa.

— Escúchame  muy bien, si tu abuelo se entera que haz pasado estos días volando más lejos de lo normal, te castigará y no lo convenceré de que te perdone, Dios eres igual que tu padre! — Habla enojada.

— Pero papá casi no monta su dragón, en que me parezco a el?— Pregunta sacándose los guantes que traía.

Rhaenyra respiro profundo. Ella se refería a su padre biológico el cual duraba horas en el lomo de caraxes.

— Como sea, ve a bañarte hoy vendrá tu primo Aemond. Hace años que no venía.

— Vendrá mi tío Daemon también? — Pregunta Aemma ansiosa por verlo.

La última vez que vio a Daemon y a Aemond fue cuando tenía ocho años.

Aemond fue algo frío al principio  con la princesa Aemma pero esta siempre estuvo enamorada de su valiente primo. El poco tiempo que tuvieron para conocerse fue suficiente para que esta soñara con un día casarse con el. Decía que no era como los demás hombres en kings landing, Aemond era fuerte y le gustaba la guerra al igual que ella. El príncipe empezó a tenerle afecto y su presencia se volvió algo que el agradaba.

Luego de que la princesa se terminara de alistar, bajo rápidamente las escaleras para entrar al salón principal donde veía a su abuelo dirigirse a la salida y rápidamente fue y el tomó la mano tomando por sorpresa a este.

Alicent con desagrado ve la acción, siempre pensó que Aemma no le tenia respeto al rey debido a su comportamiento tan bulgar a el.

— Abuelo!

— Mi pequeña, dime que tierras encontraste hoy?

— Pues no muchas pero Vermax crece más cada día, me gustaría que lo vieras.— responde.

Viserys siempre la llamo su pequeña aunque esta ya tuviera diecinueve años. Saliendo del castillo y recibiendo a los invitados, Aemma casi cae rendida ante Aemond, el cual estaba acompañado de su padre y madre. Estos se acercaron para hacer reverencia al Rey.

Las miradas entre Rhaenyra y Daemon eran más que obvias. Tantos sentimientos encontrados sin poder hacer nada ante estos. El corazón de Rhaenyra se aceleró cuando volvió asentir todo lo que una vez sintió por el padre de su hija.

Luego de una bienvenida, prepararon el banquete para la cena, La llegada del hermano del rey debía festejarse a lo grande.

— Como se siente?— pregunta la joven princesa una vez camina por los pasillos vacíos y se encuentra a su primo Aemond.

— El Que?— pregunta este un poco frío

— Montar el dragón más grande!— habla con sus ojos iluminados.

— Pues inimaginable.— Lo joven la mira a los ojos con determinación.

Aemond le prometió que un día cruzarían la muralla juntos y que sus hijos heredarían un día alcanzarían la paz que tanto anhelan. — Ya estás comprometida, querida prima?— pregunta este posando toda su   atención en el pequeño rostro de la princesa.

Este la miraba y solo podía ver la perfección en sus facciones, nunca olvidó lo tanto que deseaba a su pequeña prima.

— Aún no pero creo que no festejaré mi suerte por mucho tiempo. — Aseguró.— Y tu, ya estás casado?

— Mi madre quiso casarme pero me negué.

– A que se debe?

— A ti.

Las neuronas de Aemma se paralizaron unos segundos, sintiendo felicidad y a la vez miedo. Lo que siempre anhelo estaba frente a ella y no dudo un segundo en acercar pequeño cuerpo a su primo el cual la tomó de la cintura y depositó un pequeño beso en sus mejillas.

— Quiero que seas Mia está noche, Aemma.— sus palabras la incitaba a seguir junto a él.

— Si lo haces..... tendremos que casarnos. — Responde inocentemente y Aemond sonrie.

— Sería un honor, poseer la segunda delicia del reino.

Este se despega de ella y la toma de la muñeca para luego subir las escaleras y caminar por los largos pasillos de los dormitorios. Hasta que al fin entran a la habitación de la princesa.

Se acercó a ella y lentamente fue deshaciéndose del vestido de la princesa, tocando cada carte de su cuerpo. Aemma ayuda a su primo con su ropa, dejando ver algunas cicatrices en su pecho.

Sangre Targaryen. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora