El descubrimiento

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¡Hola! Quiero empezar diciendo que acabamos de llegar a los 1K seguidores, (saco mi pastel, serpentina, etc, etc para celebrar). Es por eso que como celebración he decidido publicar esta historia que tenía en mente mucho antes de unirme a Wattpad. En ese entonces era una historia de capítulos cortos como Sabia es mamá sobre Sakura en su embarazo, ahora serán unos one shots de Sakura por eso la historia aparece como concluida porque subiré capítulos en cuanto me llegue la inspiración. Espero que lo disfruten tanto y se diviertan como yo al escribir por gusto. 

Cuando por fin su jornada de trabajo había terminado, Sakura estiró su espalda lo más que pudo hasta que escuchó un sonoro track que le siguió un suspiro de alivio. Lo que usualmente hacía cuando terminaba de trabajar es ir directo a la cita con su cama para morir hasta donde el tiempo le deje.

Hoy no fue así, luego de semanas una minuciosa, laboriosa y delicada organización que a veces tenía que postergarse, Tsunade, Shizune, Ino y Sakura lograron coincidir para tener una reunión entre ellas para ponerse al día.

Cuando Sakura llegó a la residencia de Tsunade - tenía llave desde que se volvió su estudiante-, en la sala ya estaban reunidas las otras.

—¡Ah! Miren quien finalmente llega a mostrar su cara —dijo Tsunade al ser la primera en notar la presencia de la pelirrosa.

Las otras dos sonrieron al verla. Ciertamente había pasado tiempo desde que las vió, no fue mucho tiempo pero ahora que las veía se sentía como una eternidad.

—Lo sé, he estado aquí y allá y-

—No te hagas, frente de marquesina, todo el mundo sabe que en tu tiempo libre te la pasas en la cama haciendo sabes qué —se burló Ino, sus ojos brillaron con malicia—. No sé cómo esa cama no se ha roto por tanta acción.

—¡Ino! —chilló Sakura con las mejillas encendidas.

A un lado de su mejor amiga, Tsunade y Shizune se rieron.

—Y no solo han bautizado la cama —murmuró justo antes de tomar un trago luego de revelar un pequeño secreto. Ignoró la mirada fulminante que Sakura le lanzó aún cuando estaba avergonzada.

El rostro de Shizune se puso totalmente rojo.

—Nooo, mas te vale que no hayan usado mi casa, mi oficina o, espera, no, no quiero saber, bueno si quiero detalles —dijo Ino, su interruptor de chismes apenas se había encendido por lo que tenía que saber todo sobre las candentes y escandalosas historias de su amiga.

—Vamos Ino, déjala en paz un rato, ve que está cansada —defendió Shizune.

—Shizune eres una santa —dijo Sakura uniéndose a la masa con las demás.

Al sentarse suspiró de alivio, sus pies estaban un poco hinchados por pasar horas parada yendo y viniendo.

—Es cierto, te ves muy mal —dijo Tsunade, le sirvió una copa de Sake. Le comprendía un poco, cuando fue Hokage sus días se convirtieron en trabajo, trabajo, huir a beber a escondidas, trabajo y más trabajo.

—¡Si! Gracias por decirlo —dijo Ino, no iba a permitir que su mejor amiga tenga ese aspecto tan horrible—, tienes que ponerte una mascarilla, tu piel se ve pálida, debes maquillarte y en las noches ponte unas bolsas de manzanilla con esas ojeras pareces un mapache y parece que estás un poco más delgada, ¿Otra vez estás-

—Está bien, ya entendí, no tienes que criticarme toda —murmuró Sakura entre dientes—, No he dormido bien en estos días.

—¡Uff! ¿Cómo no? Tremendas noches agitadas que debes tener! No eres una máquina, puedes calmar un poco tu lujuria.

Dilema de una madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora