Que cruel es la vida y el destino, yo que muero por tenerte a mi lado y tú qué piensas en alguien que no soy yo, son otros brazos los que te consuelan y es otro nombre el que pronuncias mientras te aferras a las sábanas, y es otro corazón por el que supieras, no es el mío y nunca lo fue. No te culpo a ti por qué el corazón no elije de quién se enamora. culpo al cielo, al viento, al mar y a la luna que todo lo hace especial. Bienvenida sea la soledad que se apiada de mi pero ojalá no tuviera que hacerlo y culpo al destino que se burla y me destierran del paraíso condenandome a una vida sin tu amor. Me desespero por qué nunca seré dueño de ese corazón y maldigo los sueños que engañan a mi cabeza creando escenarios donde somos tu y yo, pero entonces te veo sonreír, reír con ese chiste malo que te he contado, veo como tu mirada tiene ese brillo especial en los ojos y aunque no soy yo quien te hace brillar siento tranquilidad. Por un momento olvido mi pesar y no me importa a quién elijas mientras te dé el amor que mereces y necesitas. Que cruel es la vida para mí pero no habrá nadie a quien culpe.