Pete solía meterse en problemas muy a menudo, su abuela y amigos lo atribuían a su inmenso corazón junto al imán que tenía para atraer todo el caos a su vida. Con una sonrisa brillante vislumbró la casa morada de tres pisos con un lindo pórtico, el jardín delantero tenía una fuente con un ángel sosteniendo un arco de cupido, los rosales decoraban la entrada dándole vida a todo su alrededor, conocía este lugar como la palma de su mano, era el hogar de Kuhn, uno de sus mejores amigos, en este mismo vivía junto a sus hermanos y primos. Tomó el periodico tirado en la entrada que marcaba las noticias del diario local.
¡Fallece el Rey Jorge VI, tras 15 años de reinado en Inglaterra! Lo sucede su hija: Isabel II.
Los periódicos locales estaban inundados de noticias amarillistas con especulaciones de la muerte de este personaje, para ser el año de 1952 las personas estaban en la cúpula de las teorías conspiratorias alrededor de todo el imperio britanico. A Pete no podía importarle menos, tomó el papel entre sus manos y se dirigió al interior del lugar, escuchó gritos y risas detrás de la casa mientras las sirvientas lo saludaban con educación y una sonrisa, caminó atravesando la sala principal y cruzó hasta llegar al patio donde había una gran piscina, podía ver a Kuhn recostado en una tumbona reclinable con sus lentes solares puestos y directo en el sol. Una de las cosas que su amigo amaba era seguir tendencias, aún era demasiado jovén cuando la famosa diseñadora chanel llegó a imponer la moda del bronceado en los años 20, pero Kuhn seguía encantado con cada tendencia que traía esta mujer al mundo de la moda. ''Algún día crearán algo mucho más grande para tener un mejor bronceado'', era una de las muchas cosas que solía decir en ocasiones, ''te aseguro que diseñaré los vestuarios más encantadores junto a ella''.
En la piscina visualizó a Kinn junto a Macau y Kim jugando con una pelota, ellos lo vieron y lanzaron un saludo.
-¡Únete a nosotros! -soltaron al unísono.
Pete levantó su mano y negó con la cabeza, se sentó en el asiento a lado de su amigo y Kuhn se quitó las gafas de sol para mirarlo.
-Recuestate un rato cariño.- comentó palmeando a su costado.- Siempre te ves tan pálido, te hará bien tomar un poco de sol.
-En realidad no estoy aquí para eso.- dijo con la cabeza agachada.
-¿Uh? -Kuhn se incorporó.- Es fin de semana, siempre estás aquí para divertirnos.
-Esta vez no.- Pete vió a una de las chicas del servicio acercarse con una charola en mano y ofrecerle una limonada con una pajita que amablemente aceptó. Le dió un sorbo a su bebida mientras continuaba hablando y sacaba un papel de su bolsillo para dárselo al chico frente a él.- Vengo a tratar de reclutarlos.
-Donación voluntaria de sangre.- leyó su amigo.- ¿Quieres que donemos sangre?
Pete asintió.- Estoy siendo voluntario en el hospital de nuestra comunidad.
Kuhn le dió una sonrisa.- Eres tan bueno cariño.- enrolló el papel.- Pero sé que estás involucrado con esto más de lo que deberías.- comentó.- Así que dime, ¿a quién estás ayudando?
Pete sorbió de su popote y mostró sus hoyuelos.- Hay una familia al otro lado de la ciudad que conocí mientras trabajaba en el comedor comunitario.- dijo.- El padre necesita una transfusión sanguínea debido a una operación que le harán.-Kuhn continuó escuchandolo.- Ahora la ciencia ha evolucionado, ¡hay bolsas especiales para conservar la sangre!, solo necesitamos voluntarios.
-Siempre te involucras demasiado mi niño.- Kuhn se acomodó su cabello.
-Es una familia agradable.- habló.- El señor Phat y la señora Honey tienen dos hijos, uno tiene mi edad y el otro es más pequeño, pero son maravillosas personas.
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El día en que el mundo se detuvo.
RomanceUbicado en 1952, Pete era la energía envuelta en una persona. Vegas era la calma. Ambos perdidos entre tardes soleadas y noches veraniegas, el amor de una tarde creciendo como la espuma de mar al chocar contra las piedras. Fue bajo una cueva a las o...