El Espía.

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Estamos en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, y una mujer camina distraída, absorta en sus pensamientos, su uniforme color khaki demuestra que es una ATS (Auxiliary Territorial Service -servicio territorial auxiliar-la rama femenina y auxiliar del ejército británico). El suelo estaba mojado y resbaladizo, y las calles desiertas, por lo que la joven militar pensó que no era muy seguro caminar sola por este barrio de Londres de noche y entre la espesa niebla, pero era el único modo de llegar al cuartel femenino de su unidad a tiempo y no exponerse a una bronca de su superior, la sargento Ramsey, al mando de su unidad de mujeres.

"Todas las otras chicas ya deben de haber vuelto, ya solo quedo yo, tengo que darme prisa si no quiero recibir una bronca de esa asquerosa de la sargento Ramsey" pensó. Aceleró el paso y, sobresaltada, oyó el chapotear del agua de los charcos y el ruido de unas pisadas que se acercaban en la oscuridad, de repente, una silueta de un hombre gordo vestido de negro, con su casco de acero colgando, la asusto. "Tenga cuidado señorita, estamos buscando a un peligroso espía alemán, que ha escapado y creemos que está escondido por esta zona", le espetó el hombre, al que ahora ya pudo identificar como un policía.

"Un ¿un espía?" preguntó ella atemorizada.

"Si, un agente alemán muy hábil y peligroso que consiguió colarse en el cuartel general aliado y fotografiar documentos muy secretos sobre el día D, la proyectada invasión de Francia".

"¡Increíble!" respondió ella asombrada.

"Sí, la situación es muy complicada, porque ahora intentará hacer llegar a los alemanes toda esa información por el método que sea, y creemos que está por aquí escondido e intentando telegrafiar a Francia, pero si no lo consigue, no descartamos que intente volver el mismo para transmitir esa información".

"Lo comprendo", asintió ella.

"Si no lo impedimos, y consigue transmitir esa información, nuestras fuerzas caerían en una trampa al desembarcar y, probablemente, ¡perderíamos incluso la guerra!"

"¡Dios mío!" respondió ella asustada.

"¡tenemos que encontrarlo y matarlo o capturarlo como sea! ¡el futuro de la guerra depende de ello!"

"si yo puedo ayudar en algo..."

"No señorita, no creo que usted pueda hacer nada para atrapar al espía, solo desee no encontrarse con él" añadió el policía con una sonrisa.

"¡Quizá sea él, el que tiene que desear no encontrarse conmigo!" respondió la chica riendo.

"¡solo vaya con cuidado!" le respondió el agente sorprendido.

"Gracias, agente, tendré cuidado, y no se preocupe, si lo encuentro, se lo traeré arrastras" respondió la chica bromeando.

La mujer siguió caminando, y al poco oyó un ruido, un ruido metálico. La chica siguiendo el sonido y llevada por su curiosidad y a pesar de su natural miedo, se dirigió hacia un callejón en la oscuridad, se paró en la esquina y desde allí ve a un hombre bastante nervioso, con una maleta grande abierta.

Se asoma con cuidado a mirar, y ve que tiene como unas lámparas y el interior es de madera, y entonces oye inmediatamente un clic, clic, clic, y, como las lámparas se encienden y se apagan con destellos suaves. La mujer se fija en el brazo del extraño, ve que su mano se mueve y le parece que está transmitiendo algo.

La chica aterrada deduce inmediatamente que la maleta es un transmisor y que ese hombre es el espía alemán. Presa del pánico no sabe qué hacer, si irse corriendo de allí, ir a pedir ayuda, aunque ahora ya no sabe dónde está el policía, y podría perder un tiempo precioso buscándolo, o hacer algo ahora mismo.

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