Encuentro Formal

ÉL

Las 11:30 de la mañana de nuevo parpadeaban en el despertador. el ruido de la ciudad como música de fondo matutino me hace recordar que tan tarde es personalmente en mi nueva rutina. abro un poco los ojos y los rayos de una soleada mañana de octubre me hace hacer una mueca de desprecio. ¿Por que hace sol en Otoño? me pregunto para mis adentros.  trato de respirar profundamente y estirar las entumidas fibras de mi cuerpo adormilado. algunos mechones de cabello negro me cosquillean en la cara.  poco a poco me levanto y quedo sentada en la cama, dejando que la tormenta en mi mente se deje llevar con el tiempo y los atascos de memorias, pensamientos e ideas se desenrede mientras miro a la nada.  

así han sido los días desde hace casi medio año. 

Antes de que mi mente llegue a esa parte de mi memoria, sacudo mi cabeza y me levanto rápidamente de mi cama. me dirijo a mi rutina diaria posterior a dormir; Ducha, desayuno, vestirme y salir de mi recamara. la soledad de mi departamento se mantiene impasible, esté yo dentro o fuera. Solo tomo mis llaves y salgo a trabajar. 

las horas laborales se van lentamente mientras yo continuo esperando la maravillosa hora de salir del trabajo para después no salir de casa y hacer completamente... Nada.  un sueño pienso. Sin embargo, el vibrar constante de mi teléfono me distrae. Sango me llamaba. 

—¡Hola Kag !— escucho del otro lado del auricular.

— Sango, ¿como te va?— pregunto, animándome un poco el animo para continuar la conversación. 

—Muy bien chica, ¿y tu?— el hecho de que ella me pregunte normalmente por mi estado de animo me hace responderla de manera automática una mentira cotidiana. 

—Bien, gracias.

—Oye, estas por salir a comer ¿verdad?— pregunta bastante animada. — Lo digo por que estoy muy cerca y tengo que hablar contigo de algo importante. 

—Sango, me encantaría pero... ya pedí algo de comer...—Mentía— Y por ahora...

—Kagome, escúchame bien, esto es importante y necesito que me escuches, por que no me quiero perder tu reacción cuando te diga esto. 

Normalmente Sango no era tan directa y mandona, solo cuando tenía una gran meta por delante.  no me quedó mas que acceder.

—Esta bien, te veo en media hora— le dije.  a lo que ella respondió con un grito de victoria.

—No te vas a arrepentir. vas a quedar encantada. — dicho eso, colgó. solos suspiré y esboce una sonrisa mas que nada por la calidez de su amistad y un poco por la curiosidad de que la tenía tan motivada y contenta.

Al darse la hora, avisé que estaba por salir a comer y me apresuré a llegar al pequeño café que estaba a un par de cuadras de mi trabajo.  llegando ahí estaba ella, con su gran sonrisa contagiosa, se levantó para saludarme de un beso en la mejilla y de nuevo regresó a su asiento, yo me encontraba ya con ese mariposeo por saber que noticia me traía y al mismo tiempo su buen humor me hizo sentir mas cálida, mas alegre. 

—Muy bien, ya estoy aquí, dime ¿que sucede? — quise saber de inmediato. 

—Bueno, supongo que recuerdas que mi jefe estaba reuniéndose con personas que le enseñaran a invertir ¿no? El buen hombre, sabiendo que puede gastar su dinero en una secretaria que estaría dispuesta a ser una buena sugar baby — Dijo con una risa picara. 

— Ok ok, pero ve al punto. —Le dije, sabía que le gustaba divagar. 

—Bueno, el dueño de una empresa productora se contactó con él y bueno... sabes que yo normalmente asisto a algunas de las reuniones. y esta vez, estuve ahí. aquel hombre le comentó que podría apoyarlo y que ambos en cooperación podrían financiar un evento pequeño pero de buena producción para que le sirva de experiencia a mi jefe. y pues...