Second chance (HeeJake)

O5

Estando recostados en la cama king size del alfa, cara a cara, conversaban bajito acerca de todo y a la vez de nada.

── No tienes porque asustarte, mi madre no hará nada. Sé que está contenta porque va a ser abuela; sólo no lo demuestra porque se ofendió, tal vez debí decirle desde el momento en que aceptaste tenerlo ──jugueteó un poco con la tela de la almohada que estaba entre ambos cuerpos.

── Uhm... Creo que sólo estoy un poco nervioso. Eso es todo... ──suspiró.

── Jake... ──

El omega lo miró a los ojos.

── ¿Tampoco se lo has dicho a tus padres? ──Shim se sonrojó y negó suavemente.── Lo imaginé, por eso entraste tanto en pánico ──

── Sé que ellos tampoco me obligarían a hacer algo que no quiero, ni mucho menos dañarme... Pero sabes que... A mi padre nunca le has caído bien ──hizo una mueca.── No quiero que mi hijo crezca en un ambiente de rivalidad, Heeseung ──

El castaño miró aquellos ojitos bonitos y sonrió con dulzura, para luego negar.

── No sería de esa forma. Nuestro hijo sea como sea crecerá donde más cómodo tú te sientas, con la compañía de quienes tú elijas, bajo tus reglas ──

Omega y alfa chocaron miradas.

── Yo sólo estaré disponible para ustedes al 100% y haré lo que sea que me pidas. No quiero volver a meter la pata, ¿entiendes? ──

Y Jake no sabía si era la luz brillante de la luna que se colaba por las cortinas, o si de verdad el alfa tenía los ojos aguados... Pero algo se removió dentro suyo.

Y su lobo le exigió de alguna forma consolarlo. Por lo que extendió su mano y la dejó en la mejilla del contrario, acariciando con delicadeza.

── Tengo miedo de perderlos, Jake ──susurró, la voz rota y la mirada baja.

Esta vez una lágrima sí escapó de sus ojos.

Y fue una imagen lo suficientemente abrumadora como para que el omega -quien tenía una batalla de hormonas en su interior debido al embarazo- mandara todo al carajo.

Quitó la almohada que separaba sus cuerpos.

Y se acercó, tomando sus mejillas, juntando sus frentes y dándole -en el proceso- un tierno besito esquimal.

── Deja de decir tonterías, Ethan. Me vas a hacer llorar y a tu hijo no le gusta que su mami esté triste ──Hee sonrió abrazando la cintura del contrario, disfrutando de tenerlo tan cerquita y susurrándole cosas tiernas.── No nos vas a perder. Y-Yo... Sé que no me fuiste infiel, sólo estabas cumpliendo un reto para llenarte de ego... Eso estuvo muy mal, no me respetaste... Pero... Sé que puedo confiar en ti. Porque siempre has estado conmigo. Desde mi primera vez hasta ahora, mi primer embarazo, y siempre has sido excepcional... No importa que diga el resto, yo soy quien vivió todas y cada una de esas experiencias contigo, y estoy completamente seguro de que... Serás un buen padre y un buen hombre si te doy una segunda oportunidad ──

Lee aspiró el dulce aroma de su omega... Mm... La fresa y esas ligeras notas leche -debido al embarazo- se estaban convirtiendo sin dudas en su olor favorito. El perfume que quería llevar impregnado 25/8 si alargar el tiempo fuese malditamente posible.

Escondió su rostro entre el cuello y hombro del pelinegro y dejó un beso sobre aquella marca que le había hecho por primera vez hace tres años y unos meses. Orgulloso se acurrucó ahí y ronroneó cuando Jake le acarició el cabello con cariño, dejando en el proceso un besito en este.

── Hey~... Alfa descarado, soy yo quien debe recibir mimos. Estoy cargando a nuestro cachorro en mi pancita, es una tarea difícil. Yo debería ser el consentido ──y como era de esperarse, Jakey hacía el mínimo berrinche y le cumplían inmediatamente sus caprichos.

Es que... ¿Cómo negársele a un chico tan bonito? Si Shim Jake se propusiera descubrir los secretos más oscuros de la Nasa lo lograría con ojitos, vocecita de niño y un par de pucheros, ni ellos podrían decirle que no.

── Está bien, Jakey, ven aquí ──el alfa recostó su espalda en el colchón y abrió sus brazos, recibiendo poco después al omega en su pecho, acurrucándose como si ese fuese su sitio seguro en el mundo.

Y siendo sinceros... Realmente lo era.