Apologies.

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Breves aclaraciones.

· Se shippean cubitos, no streamers.

· En el rol que me inspiré Juan tiene un hijo llamado Dynamo, acá no existe.

· No veo casi nada a Spreen así que me disculpo si no capto completamente su "esencia".

· Me rehuso a utilizar Cubito como el apellido de Juan, siento que le quita seriedad, así que se va a mencionar lo menos posible o de lo contrario será Guarnizo.

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Juan inhaló y exhaló profundamente, el comunicador en su muñeca indicaba los habitantes que se encontraban activos en la isla, buscó en la lista y encontró el nombre que quería, confirmando que efectivamente estaba allí.

Volvió a alzar la mirada y el gran cartel que indicaba la entrada a Spreenfield lo recibió, los nervios volvieron a hacerse presentes en la boca de su estómago, pero decidió ignorarlos para después comenzar a caminar por el interior del túnel.

Ya había llegado demasiado lejos y no podía dar marcha atrás ahora, tenía que hablar con Spreen.

Durante días había estado hablando con cada miembro de las islas, tanto con los de la verde como los de la naranja, habían sido momentos incómodos para su gusto, pero era lo que debía hacer.

Él era consciente de que tenía un ego bastante grande, de hecho era algo que le gustaba de sí mismo, pues no dejaba que nadie pasara por encima suyo, aunque a veces le jugara en contra, sentía que la mayoría de veces tenía la situación controlada.

Sin embargo, en este último tiempo esa soberbia que lo caracterizaba se había salido de control, hirió a Zorman, a Ari, a Tanizen, a Noni, a Komanche y a quien sabe cuantos más y hace tres días todo había explotado. Zorman en su desespero por hacerlo reaccionar, secuestró al Puerco Araña para ponerlo a prueba, pero jamás lo había puesto en verdadero peligro, solo quería convencerlo. Komanche le recalcó en frente de Ari que simplemente la estaba utilizando para olvidar a Rubí y obtener algunos beneficios por ser la dueña de una tienda de pixies. Y en cuanto a la misma Ari, pues, ella se enteró de sus intenciones al espiar una conversación que no debía escuchar y le gritó en cara lo miserable que era, lo destrozada que estaba y que jamás lo perdonaría, frases que ya había escuchado de su parte antes, pero fue otra frase la que lo hizo pensar.

"Ni siquiera te das cuenta, ¿verdad? Vas por ahí, diciendo ser un salvador, pero eres una basura, Juan. No eres protector de nada, tú nos lastimas y nos utilizas, solo eres una mala persona fingiendo ser bueno."

Muchas personas le habían dicho que era mala persona a lo largo de su vida, incluso antes de llegar a TortillaLand, pero jamás había sido alguien que juraba y perjuraba estar enamorado de él. Y es que Abril había perdonado y justificado muchas actitudes suyas desde que la conocía, escucharla afirmar que era mala persona fue shockeante. Tuvo la intención de preguntarle a alguien si coincidía con aquella acusación, pero tuvo miedo de que coincidieran con la chica.

Estuvo el resto del día encerrado en el santuario, meditando sobre las palabras de Ari, y pudo notar que cada vez que se giraba a ver a los aldeanos, ellos se ponían nerviosos, como si tuvieran miedo de que tomara algún accionar simplemente porque los había encontrado mirándolo.

Fue entonces que supo que era cierto, Juan no era buena persona, y debía admitir que le había afectado caer en cuenta de ello, no podía llorar por algo que él mismo había provocado, pero no sabía cómo reaccionar.

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