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Oscuridad, abre ligeramente los ojos viendo al techo, la habitación estaba a oscuras por lo que no es que se viera mucho de la habitación.

Habían pasado ya unos días desde su despertar, Rocío le hacía sus debidas visitas para ayudarlo en su estadía en el hospital. Su cuerpo aún estaba dolido, las heridas aún no curaban y la cabeza aún daba vueltas, la medicina hacia su trabajo y el dolor disminuía. Los jóvenes del primer día en el que despertó volvían a chequearlo algunas veces, otras veces también venían doctores a proporcionarle medicina para sus dolores.

Por ahora estaba acostado en su cama, a oscuras, pensando al rededor del mismo tema que lo ha agobiado desde que despertó, ¿Cómo perdió la memoria? Si, lo sé, tedioso ¿no? Que cuando despiertes te des cuenta que ni de tu nombre te acuerdas menos de que comiste, y estés concientes de que algo pasó como para que sucediera eso, pan de cada día (nótese el sarcasmo).

Abordemos en el tema de: que se siente tan cómodo ahí, que hasta piensa que es un doctor que sufrió algún accidente postraumático como para que su mente bloqueara todo lo sucedido, piensen lo, conoce de medicinas, sabe especular sus motivos de perdida de memoria, conoce los procedimientos que necesita, sabe que medicinas necesita con precisión, etc. o también está de que es muy listo...... Por algún motivo cree que esa es correcta.

La luz fue prendida y el foco le dió en la cara haciendo que enseguida cerrará sus ojos, abriendolos poco a poco acostumbrándose al brillo su mirada fue a parar a la puerta donde yacía una joven chica, era Rocío dándole una pequeña sonrisa de buenos días. La joven traía consigo un carrito, al parecer con su comida.

-Hoy dormiste más que ayer- respondió ella con tranquilidad caminando hacia la cama.
-Aun sigo con mis preguntas existenciales, pero supongo que eso me hace tener más sueño- mencionó soltando una leve risa al finar, su voz aún estaba ronca, lastimada levemente, se mejoraría después.

-E traído tu comida junto al té que pediste ayer- Colocaba la bandeja en la pequeña mesa desplegable, en el carrito también estaba una tetera junto a una taza de té preparadas para humear el olor de la manzanilla.
Vio curioso y extrañado el carrito.
-¿Por que solo hay una taza?- Mencionó desconcertando a la chica.
- ¿A qué viene eso?- Ni sabían que decir, no esperaba una pregunta así, ¿hay algo mal con la taza? No, ¿por qué tendría algo malo?
-Pensé que tomaríamos un poco de té juntos- Ahora sí estaba estaba extrañada ¿Quería tomar té con ella?
Pensaba solo dejarle las cosas, solo ayudarle con servirlo y colocarle su alimento y seguir sus labores, nunca se esperó eso.

-Tranquila, si no puedes está bien, solo pensaba pasar un rato tranquilos hablando de cosas sin importancia y eso- con un ápice de tristeza bajo la cabeza levemente mirando la sopa de fideos y verduras, se lo veía venir, que la joven se sorprendiera por su petición de que lo acompañara un rato, tenía labores que hacer tampoco podía quedarse todo el tiempo.
-No, tranquilo, solo no me lo esperaba, traeré una taza, te dejaré servido el tuyo- Dijo apresuradamente para justificar su sorpresa. Le sirvió su té y con saber que el chico estaba bien con eso y dejarlo comer tranquilo, se dispuso a buscar otra taza para compartir con el joven.

Aún seguía confundida, el chico se había acostumbrado bastante rápido a su presencia y estar en el hospital, tanto que hasta quería pasar tiempo hablando solamente. Y contando que sufría perdida de memoria, le preocupaba que terminara acostumbrándose tanto que no prefiera sus memorias originales.

Pasando por unos pasillos fue a parar en el ascensor del piso entrando en este, en en espacio donde los botones de cada piso picó el 4, dónde era piso especial para las cocinas y cafeterías del hospital que contaba con diez pisos en total, estaba en el piso 7 así que tardaría unos minutos de ir y volver.

Mientras el ascensor se ponía en marcha se perdió en sus pensamientos.

Ese muchacho, estaba con perdida de memoria, no recordaba a sus familiares ni amigos, incluso ni su nombre, pero debe admitir, que sus conocimientos están persistentes, sus conocimientos en medicina son extraordinarios que los doctores esperan a que se recupere y recupere sus memorias para poder darle espacio en el plantel.

Hay algo que resuena en su mente. El momento en que un grupo del ejército trajo tan apresuradamente al joven de cabellos castaños junto a un jefe militar, no dieron detalles de su procedencia, tampoco es que quieran dar detalles.

-Flashback-

Un grupo del ejército entro de manera precipitada al edificio, enfrente de los soldados estaba uno de los jefes mayores de los militares, entre sus brazos cargaba a un chico de no más de 16 años desmayado, con heridas bastante graves, la sangre yacía alrededor de toda su ropa.

-Rapido, necesitamos que lo hagan respirar-

Los enfermeros y doctores reaccionaron rápido, atrayendo una cama de hospital, el jefe había colocado al chico en esta mientras los enfermeros se lo llevaban rápido a la sala de emergencias seguidos por los soldados.

Unos doctores hablaban con el jefe de lo sucedido, lo único que dijo es que era alguien importante, después de que se curarán sus heridas se lo llevarían.

Ella estaba pasando con prisa para llevar herramientas quirúrgicas para salvar al chico.

-Flashback end-

-Ding-

El sonido del ascensor deteniendo su curso le hizo salir de sus pensamientos abriéndose en el pasillo que marcó con anterioridad.

Sus pasos resonaron por el largo pasillo pasando delante de algunas puertas cuáles decían los alimentos que abastecía.

Desvió su camino por un pasillo, algunos pasos y paró delante de una puerta doble, procedió a abrirla y estaban ayudantes como cocineros haciendo sus labores.

Una joven de cabellos rubios la miró curiosa.

-Rocío, pensé que ya estarías haciendo tus demás labores-

-Si, me faltó algo y vine a buscarlo-

-Entiendo, bueno, apresurate a buscarlo pronto será el momento de administrar y necesitaré tu ayuda-

-Si, claro-

Si, ahora estaba en un dilema, necesita ayudar a su amiga, pero también quería descansar y hablar de manera tranquila con el chico.

Le molesta fallarle a todos y no complacerlos, le frustraba.

Con pasos temblorosos fue a buscar la taza, debe apresurarse si quiere tomar y hablar con el peli café de manera tranquila lo que le resta de tiempo.

Cap. 2. Té de manzanilla.

Palabras. 1083.

Buenas! Bueno, este es el capítulo 2, espero les haya entretenido (o te haya entretenido, si te digo a ti, único lector que lee esto y mi mejor amigo)

Anyways, si tengo alguna falta de ortografía, por favor, háganmelo saber me haría de mucha ayuda.

PD. Creo ya se dieron cuenta, pero en la multimedia está un dibujo de la apariencia de Rocío, dibujo echo por su servidor aquí.

Mundo, Me Conoces?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora