Por favor, elígeme... [Jensoo] (TwoShot)

elígeme...

La casa se sentía tan vacía sin la presencia de Jisoo, sin sus chistes ni sus ocurrencias. La extrañaba en demasía. No podía creer que la mujer que tenía su corazón se fue simplemente, sin poder hablar una última vez.

Y para empeorar su situación, Rosé solo llegaba a dormir, cenar y tener sexo, del cual por cierto estaba harta porque su pareja no la hacía sentir especial, o siquiera amada.

Estaba a una semana de casarse y no paraba de arrepentirse una y otra vez por haber rechazado la propuesta de Jisoo. Debió haber dejado su miedo y arriesgado todo con tal de estar con ella y ser feliz.

Pero simplemente la idea de sufrir en el futuro y que Jisoo salga perjudicada, le asustaba mucho. La familia de Rosé tenía tanto poder y ella era tan cruel que haría de todo por hostigarla, estaba segura que la perseguiría de por vida.

Por eso es que no quiso hacer nada más.

No fue hasta que en una fiesta antes del compromiso, Jisoo llegó acompañada de una vieja amiga, la cual sabía que era ex de su hermana. Todo a propósito con tal de tener un momento a solas con Jennie para poder hablar.

Jennie pudo ver cómo en un momento su prometida se fue a escondidas con la chica para "conversar un rato". Ya sabía que la descarada le iba a poner el cuerno. Así que no hizo más que suspirar pesadamente.

Se fue a fumar en su intento de no pensar en que pronto estaría casada con una idiota que no la valoraba realmente y solo estaba encaprichada.

—Hola Jennie, siento molestar —Jisoo se acercó, pero mantuvo cierta distancia de ella— ¿De casualidad has visto a Lisa?

—¿Tu cita? Follando en el piso de arriba con mi prometida —respondió con un toque de ironía.

—Oh... —Jisoo rascó su nuca y se posó a lado de Jennie sutilmente— ¿Puedo acompañarte?

—¿No prefieres irte, seguir evitándome y luego llegar con alguna otra chica?

La pelinegra sonrió afligida, pero le arrebató el cigarrillo para fumarlo.

—Hey, consigue el tuyo —gruñó. Jisoo la ignoró y le dió una fuerte calada—. Tks, como sea, ya no quería.

Jisoo soltó un risita suave, pero suspiró y miró hacia la piscina iluminada por luces con bastante tristeza.

—No te evité con mala intención, pero después de que Rosé nos viera tan juntas... me di cuenta de que lo mejor para nosotras era apartarnos. Mis sentimientos por ti son demasiado fuertes, pero no puedo seguir así, Jennie.

—Dijiste que podíamos ser amigas —murmuró afligida.

—Te amo —dijo sin dudarlo con una sonrisa sincera que tomó desprevenida a la más bajita—. Te amo realmente y por eso no podemos ser amigas. Estoy muy enamorada de ti.

—Jisoo...

—Me enamoré de una cobarde.

—Lo estoy haciendo por ti.

—Jennie, a mí me da igual mi familia. Dejó de importarme lo que pensaran o hiciera el día que me dieron la espalda. Yo quiero irme contigo, no tienes que casarte y ser infeliz para siempre. Si tú tan solo... si tan solo aceptaras.

—No puedo...

Jisoo rió con amargura sabiendo que eso sería lo que escucharía.

—Sabes, otra razón por la que me aparté de ti, fue porque creí que tal vez, por primera vez en mi vida, alguien me elegiría a mí en vez de preferir a mi hermana —dio otra calada más profunda y le regresó el cigarrillo casi a la mitad—, pero me equivoqué, fui lo suficiente ilusa para soñar despierta.