Capítulo I

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Esta historia no es real, pero está basada en un leyenda urbana que cierta vez escuché. Su protagonista es Augusto, señor de unos 69 años retirado desde hacía 20 años el cual vivía con sus hijos. Dicho señor tenía como rutina después del fallecimiento de su esposa hablar por teléfono la mayoría del tiempo, dígase algunos de sus amigos y excompañeros de trabajo con los cuales se divertía recordando anécdotas laborales.

Sus hijos ingratos le sermoneaban día tras día que si seguía pegado al teléfono se iba a quedar sordo y lo amenazaban con dejarlo solo. Dichos maltratos fueron cumplidos a tal punto que sus dos hijos dígase la hembra como el varón salían de la casa de su padre desde temprano en la mañana y no regresaban hasta que Augusto estaba dormido, todo estás acciones iban destruyendo al pobre Augusto que en su juventud lo dió todo por sus hijos y así era como le pagaban.

Un día el anciano se cansó de tanta falta de respeto y les dijo:

- Cuando yo muera, como última voluntad quisiera que me pusiesen un teléfono privado al lado de mi sepulcro, afirmó el anciano

Sus hijos al escuchar las palabras de anciano padre se quedaron atónitos y no dijeron ni una sola palabra, jamás habían escuchado algo igual. Hasta incluso tomaron a su padre como una persona con desiquilibrio mental.
Esa misma noche Augusto sueña con su esposa ya fallecida, la cual mediante el sueño le pidió que no tuviese otro comportamiento así con sus hijos, a pesar de ella darse cuenta de la actitud y el maltrato que le estaban dando sus hijos a su propio padre.

Unos meses después el anciano mostraba signos de debilidad, parecía como que aquel anciano ya estuviese al punto de morir, ya no podía pasar tanto tiempo cerca del teléfono por no poder caminar.

A la mañana siguiente llega uno de sus hijos del supermercado, y cuando habré la puerta de la habitación de su padre, observa que este no se mueve y que presenta una tonalidad morada. Intentó tocarle el cuello y sintió la falta de palpitación. Su padre había muerto.

En el entierro sus hijos dudaban de si ponerle el teléfono, pero a la vez no podían quedarse con el cargo de conciencia. Así que llamaron a un electricista para que instalara dicho teléfono en féretro.

Esa misma noche suena el teléfono de uno de los hijos de Augusto más específicamente su hijo mayor, este aún dormido piensa

- ¿Quien estará llamando a esta hora? ¿Será alguna urgencia?
-¡Por dios! Pero mira que hora es para estar molestando, exclamó el hijo mayor de Augusto.

Cuando el hijo contesta el teléfono, se escucha la voz de su padre diciéndole:

-....

- Pero en ese mismo instante se corta la llamada. El hijo mayor da por hecho que es una broma de mal gusto de alguien y se vuelve a acostar a dormir.

La noche transcurre sin ningún tipo de problema hasta la mañana siguiente.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2022 ⏰

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El Teléfono : La Triste Realidad De AugustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora